El COI encarece los derechos televisivos de Atlanta 96 para Europa
El Comité Olímpico Internacional (COI) está un punto de conseguir un contrato histórico al lograr que la Unión Europea de Radiodifusión (UER) pague 200 millones de dólares (unos 20.000 millones de pesetas) por los derechos de televisión de los Juegos Olímpicos de Atlanta 96. El COI, que a partir de estos Juegos es quien negocia la venta de los derechos y no el comité organizador, como sucedió hasta Barcelona 92, intenta cerrar el acuerdo antes de final de año.La cifra sobre la que se negocia es más del doble de los 90 millones de dólares (9.000 millones de pesetas) que el COOB arrancó de la UER, no sin antes recibir duras criticas por parte del COI, que acusó a la organización barcelonesa de querer exprimir a las televisiones europeas. En aquella ocasión, el COI se llevaba un tercio de la cifra final; ahora recauda la mitad.
El COI y el Comité Organizador de Atlanta 96 han preferido iniciar la puja televisiva por el Viejo Continente, dejando para 1992 la negociación que ha de suponer la mayor fuente de ingresos: la venta de derechos televisivos a EE UU.
Si el COI consigue para Atlanta más del doble de lo recaudado por Barcelona en Europa, significa que la cifra que pagará la televisión norteamericana por hacerse con los Juegos será escalofriante, sobre todo teniendo en cuenta que, al ser la cita olímpica en casa, los 100 millones de dólares (10.000 millones de pesetas) que la NBC se gasta en trasladar equipos y trabajadores a Barcelona podrán ser colocados casi integramente sobre la mesa por las tres grandes cadenas norteamericanas de televisión (ABC, CBS y NBC).
Los 200 millones de dólares de la UER colocarán el listón a una altura tal que Atlanta podría conseguir una cifra global muy superior a los 650 millones de dólares (65.000 millones de pesetas) que acabará consiguiendo finalmente el COOB 92.
Razones de peso
Pese a que algunos observadores señalan la gran proliferación de televisiones privadas en Europa como uno de los motivos que ha disparado la cifra que deberá pagar la UER, lo cierto es que existen tres razones fundamentales que justifican este hecho. Por un lado, el final de una situación absurda por la que la UER se aprovechaba de la bondad del COI y obtenía los derechos por cifras ridículas comparadas con el desembolso que debían hacer las cadenas estadounidenses.
Por otro lado, el COI, que cuando negociaba la venta de los derechos de Barcelona 92 lo hacía de la mano de la organización española, ha pasado a llevar la voz cantante a partir de Atlanta. Y no sólo la voz cantante, sino que ha cambiado también el reparto de los ingresos.
Finalmente, este sustancial cambio del reparto ha hecho que el COI -consciente de que la UER podía y debía pagar más de lo que pagaba- haya apretado en las negociaciones.
