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El horror se desvela tras la caída de Vukovar

Niños de seis y siete años han enloquecido. A uno se le ha quedado el pelo blanco del miedo pasado durante los tres meses bajo la lluvia diaria de bombas que cayó sobre la ciudad croata de Vukovar. Muchos menores de 10 años donaron sangre tres y cuatro veces durante el bloqueo, Tres días después de la caída de la ciudad en poder del Ejército, los sufrimientos que relatan los supervivientes conmocionan Croacia. Vukovar ha marcado una nueva cota de violencia y sufrimiento en esta guerra, pero pocos dudan de que también ésta será superada.

ENVIADO ESPECIALAyer, mientras los guerrilleros serbios wDn sus banderas negras aún celebraban su victoria en Vukovar con aguardiente y viejos himnos, el Ejército lanzó un intenso ataque artillero contra Osijek y reanudó, los bombardeos sobre Zadar, en Dalmacia, y las defensas de Sisak, en Banija. [Las tropas federales entraron anoche en uno de los suburbios de Dubrovnik, donde en presencia de observadores de la CE las fuerzas croatas empezaron a entregar sus armas, informa France Presse.]Steibo Busic, miembro del comité de crisis de Vukovar, acudió ayel al Parlamento en Zagreb para, ante varios periodistas croatas.y extranjeros, acusar al Gobierno y a Europa de pasividad frente a la larga tragedia de Vukovar: "No sé si la sangre de tantas víctimas caerá sobre la cabeza de este Gobierno o de Europa. No podemos creer ya en Europa".

Para algunos de los heridos y detenidos tras la caída de la ciudad, el infierno vivido pudiera no ser más que el principio de sus desgracias. El Gobierno croata denunció ayer que fuerzas serbias habían trasladado a paradero desconocido a varios heridos del hospital, tras haber expulsado al representante de la Cruz Roja Internacional (CRI). Según los acuerdos firmados en presencia de los representantes de la Comunidad Europea, la CRI debe supervisar la evacuación de los cerca de 500 heridos y de los civiles.

El portavoz de la CRI, Pierre-André Conot, confirmó que sus delegados habían sido obligados a abandonar el hospital el martes, y ayer, cuando llegaron, ya no tenían listas de los heridos. Los temores a que grupos guerrilleros ajusticien a sus prisioneros aumentaron tras la publicación de los resultados de una comisión comunitaria solicitada por Belgrado que acusaba a la Guardia Nacional de matar a civiles serbios en Papuk, en Eslavonia occidental.

La comisión estableció que fue la guerrilla serbia la que torturó y mató a civiles croatas y de la minoría checa.

El coronel Agotic, negociador con el Ejército por parte croata, acusó a las Fuerzas Armadas federales de no cumplir la Convención de Ginebra y expresó su temor por la suerte de aquellos combatientes y civiles que han caído en manos serbias en sitios o momentos en los que o hubiera presencia de prensa observadores occidentales.

Lleno de amargura, Busic, el ciudadano de Vukovar que logró huir en los últimos días del asedio, acusó al viceprimeir ministro Granic y al responsable de la Guardia Nacional, Irnra Agotic de "hacer estadísticas y negociar con el Ejército mientras en Vukovar se pasa a cuchillo a la gente".

Los 500 heridos hacinados en los sótanos del hospital destruido se repartían estos días el agua con cucharas. La disentería y la gangrena son el principal problema entre los heridos en Vukovar.

Por otra parte, fuentes diplomáticas españolas anunciaron ayer el inminente envío a Yugoslavia de 19 militares y 12 vehículos todoterreno en misión de apoyo a los observadores de la Comunidad Europea destacados en el país balcánico. La expedición española partirá el lunes próximo, informa la agencia Efe.

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