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La excavadora evita las chabolas de segunda mano

Las excavadoras derribaron ayer, en las proximidades del poblado marginal del Cristo, en el distrito madrileño de Vallecas, 12 chabolas ilegales. Las máquinas comenzaron a las 9.30 su tarea protegidas por efectivos del Cuerpo Nacional de Policía. No se registraron incidentes. Las chabolas han sido derribadas para evitar que otras personas las ocupen. En los últimos días, una patrulla de la Policía Municipal ha vigilado el poblado para impedir posibles nuevos inquilinos. Algunas de las familias de las chabolas se fueron con sus trastos al chamizo de al lado, mientras que otras se han quedado sin techo, ya que era un asentamiento ¡legal formado en los últimos tres meses, no incluido en el censo de población marginal.

Las excavadoras derribaron este poblado de chabolas, que se ha formado en los últimos tres meses, según informó José Molina, vicepresidente de la Federación, Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (Fravm), mientras que sus moradores recogían apresurados sus enseres.Según Molina, hay una red organizada de población marginal extremeña y portuguesa que, en conocimiento de que la población chabolista está siendo realojada en viviendas, acuden a Madrid para que les den casa. Molina asegura que ha sido el Instituto de la Vivienda de Madrid (IVIMA) quien ha encargado el derribo, aunque en la sede de este organismo aseguraron no saber nada del derribo de las 12 chabolas.

En este poblado de nuevo cuño, desmantelado por orden judicial, había tráfico de drogas. Un testigo que ayer presenciaba la labor de las máquinas relataba con crudeza cómo algunos toxicómanos eran utilizados para realizar cualquier tarea de los vendedores de heroína, a cambio de su dosis diaria.

La Fravm ha mencionado con anterioridad la hipótesis de que la población marginada de otras ciudades actúe organizadamente para conseguir una casa en aquellas ciudades con programas de realojamiento.

Sin embargo, existe una determinación muy fuerte del Consorcio de Realojamiento de Población Marginal de no conceder vivendas más que a la población chabolista censada en 1986, que asciende a 2.186 familias, unas .13.000 personas. José Luis Gómez, gerente del Consorcio, afirmó que se va a proceder así el pasado 16 de octubre. En ese momento, Gómez también afirmó que se pretendían patrullar los barrios chabolistas, en colaboración con el Ayuntamiento, para evitar nuevos asentamientos.

Vallecas Villa

En la Junta Municipal de la Villa de Vallecas no se sabía con antelación del derribo, según afirmó Rafael Merino, concejal y portavoz del PSOE en la Junta Municipal."Mañana [hoy para el lector] pediré una aclaración urgente a Elena de Utrilla [presidente de la junta] para que se entere de lo que pasa en su distrito", afirmaba ayer Merino. El concejal socialista estaba extrañado de que se derribase sin realojar, más cuando la Unidad de Realojamiento de la carretera de Villaverde a Vallecas, en construcción, no está .aún terminada: "Han arrasado con ellos", afirmaba Merino en referencia a las familias de las chabolas.

Otro testigo contaba cómo después de abandonar la chabola antes de quedar reducida a escombros, una mujer recogía sus muebles y pertenecías para, al cabo de un rato, trasladarlas a otro chamizo cercano.

En cuanto a los terrenos donde se asientan lo que hoy ya son escombros, fuentes socialistas afirman que son una esquina del polígono de Valdebernardo, donde la PSV piensa edificar vivendas sociales. José Molina aseguraba que se trata de una zona de expr opiación, mientras que en la Comisaría de Vallecas, un funcionario de Policía aseguraba que era una actuación "para la remodelación urbana de Vallecas". Ayer no fue posible confirmar los planes que existen para esta zona, situada frente a la calle de Felipe Alvarez, cerca de las vías del ferrocarril.

Villaverde

Mientras tanto, los vecinos de Villaverde Bajo comienzan hoy a desalojar el campamento de El Molino, levantado el 4 de octubre para evitar el asenítamiento de 88 familias gitanas. Los vecinos de Villaverde y Perales del Río han aceptado un compromiso escrito de la Comunidad de Madrid garantizando la paralización de las obras hasta que se elabore una solución global al problema, que pasa por un acuerdo con el Ayuntamiento de Madrid.

Miguel Angel Pascual, gerente del IVIMA y presidente del Consorcio de Realojamiento, envió en la tarde de ayer el compromiso a los vecinos. El portavoz vecinal Nicanor Briceño lo leyó ante todos ellos, reunidos en asamblea, y al finalizar el acto se empezaron a desmantelar las tiendas de campaña.

La carta de Pascual señala que la Comunidad de Madrid pretende atender a un conjunto de actuaciones urbanísticas que permitan resolver las carencias de la zona y facilitar su recalifícación urbanística. Para ello considera imprescindible la colaboración de todos los implicados, administraciones y vecinos, en un marco de serenidad y participación.

Asimismo, la Comunidad solicita la colaboración,de la delegación del Gobierno y de Ayuntamiento de Madrid en la adopción de medidas de vigilancia para evitar nuevas insta laciones ilegales.

El pasado 28 de octubre, los vecinos ya estuvierno a punto de irse de El Molino, tras alcan zar un acuerdo con el presiden te de la Comunidad, Joaquín Leguina. Briceño entendió entonces que sólo se alojaría en Villaverde a los gitanos de Altamira y que se crearían zonas verde, equipamentos y servicíos. Pascual dio acto seguido a los periodistas unas explicaciones que contradipcían lo anterior. Ante la duda, los vecinos de Villaverde decidieron mantener su actitud.

Por otro lado, la vigilancia policial se ha incrementado en Villaverde en el barrio de El Cruce, de1spués de cuatro días de actuación de patrullas ciudadanas en la zona para evitar la presencia de vendedores de droga y toxicótrianos. Éstos ha acudido a El Cruce al verse desplazados de sus barrios habituales por la prohibición de los jefes gitanos de vender droga.

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