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A golpe de plástico

Los emisores de tarjetas se disputan un mercado saturado en España

Fueron símbolo de distinción, lujo y exclusividad; confirmaban la pertenencia a un grupo selecto y evitaban el contacto físico con lo más anodino, cotidiano y engorroso: billetes y monedas. Se ha acabado. Poseer una, tres o diez tarjetas, en sus diversas modalidades, de débito o de pago, ya no tiene nada que ver con la élite. En España, según los especialistas, circulan alrededor de 30 millones de tarjetas.

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Del total, unos siete millones son de crédito y más de 22 millones de las denominadas "de cajero", según datos del BBV. En cada cartera, por lo menos hay una tarjeta. No es fruto de la casualidad, por supuesto, sino fruto de la competencia feroz que se ha desatado entre los distintos emisores. American Express, Visa, Master Card,... se disputan el mercado a cara de perro y en el conflicto, unos ganan más, otros menos, y algunos hasta pierden.El problema fundamental es que el mercado está saturado. Sobre todo en lo que se refiere a las tarjetas de crédito: "El hueco, en estos momentos, se encuentra en las tarjetas de débito [de cajero]" afirma Pedro Lagares, director de medios de, pago del Banco Hispano Americano "y en la promoción del uso de las. tarjetas de crédito, que arroja una media en España de tan sólo tres,veces al año".

Ni uno sólo de los emisores de tarjetas puede estar ya seguro de la fidelidad de sus clientes. De acuerdo con los datos de FRS Ibérica, dedicada a la investigación de comportamientos financieros, en España, la población mayor de 16 años titular de las tarjetas de crédito con más glamour, American Express o Diners, no pasa del 2%. La cosa se complica y la competencia se agudiza cuando se añade que el 85% de esos poseedores disponen a su vez de otra tarjeta como Master Card o Visa, que están comenzando a dar la batalla. Y llega a la complicación casi total al observar que más de las tres cuartas partes de ese exiguo 2% posee, además, al menos una tarjeta comercial.

Es un terreno abonado para la lucha total, para la guerra de comisiones y para el ingenio: quien pfrezca mejor precio y más prestaciones añadidas se llevará el gato al agua. En este contexto se entiende mejor la decisión adoptada por American Express, la mítica tarjeta con la efigie del centurión romano, de reconsiderar, en algunos casos, las comisiones que cobra a sus establecimientos asociados, hoteles y restaurantes. Las comisiones que American Express carga a los minoristas -más elevadas que las de sus competidoras Visa o Mastercard- han dado lugar a fuertes presiones de sus asociados.

Rebelión

La rebelión más importante tuvo lugar hace unos meses en la ciudad de Boston, donde decenas de restaurantes amenazaron con abandonar la relación con Amex si no rebajaba sus comisiones. La tesis de Ainex, de que sus clientes gastan más que los titulares de tarjetas bancarias -Visa o Mastercard- no convence. En España, la perspectiva de competencia es aún mayor que en el exterior. En Estados Unidos explica Ramón, Díaz Ojeda, responsable de las tarjetas del BBV, "el ciudadano que se precia tiene hipotecado el salario del próximo año sin ningún rubor. Cuantas más tarjetas de crédito se le ofrezca, mejor. El usuario lo agradece". Pero en España, son muy pocos los que disponen de más de.una tarjeta. En el mejor de los casos, basta con una. La mayor expansion se da en las tarjetas de débito: las que sirven para utilizar los cajeros y efectuar las pequeñas compras diarias.

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