El mayor dispositivo de control del 20-N
El espectacular dispositivo policial desplegado este fin de semana en Madrid -cerca de 1.000 agentes- supera al de cualquier otra conmemoración del 20-N. Los servicios de información de la policía consideraban que, en esta ocasión, el riesgo de incidentes era mayor, tanto por la incrementada afluencia de ultras foráneos como por el aumento de grupos violentos, como los skin-sheads (cabezas rapadas).La policía tiene constancia de la llegada a Madrid de grupos de cabezas rapadas de Barcelona, Valencia, Alemania y Reino Unido. En total, los ultras extranjeros procedentes de los citados países, así como de Austria, Bélgica, Italia y Francia se estiman en medio millar. Uno de los riesgos barajados por los servicios de información era la posible respuesta violenta de CEDADE ante la prohibición gubernativa de sus actos, en contra de sus iniciales llamadas a evitar incidentes.
La policía sopesó el riesgo de que esta organización, a quien, atribuye una gran capacidad de movilización, concentrara en Madrid y con consignas violentas no sólo a sus militantes de toda España, sino a grupos bajo su órbita de tipo skin o como Vanguardia Nacional Revolucionaria y antiguas Bases Autónomas, y peñas deportivas ultras. Según los servicios de información, otro temor era, tanto ayer como hoy, el de las posibles agresiones contra marginados, vagabundos, drogadictos e inmigrados por parte de los citados grupos. Ninguno de estos riesgos, salvo agresiones aisladas de skins y ultras, se había materializado al cierre de esta edición.
Los servicios de información consideran que la ultraderecha clásica intentará utilizar hoy su concentración en la Plaza de Oriente -la policía espera que se congreguen unas 20.000 personas- como prueba para sus futuras aventuras electorales. Se ha advertido una aproximación entre grupos como Frente Nacional y Juntas Españolas. Tanto ellas como sus agrupaciones juveniles han ordenado evitar la violencia. Pretenden formar un bloque electoral que rentabilice cuestiones como la droga, la marginación social, la inmigración, y la inseguridad ciudadana, frente a sus banderas más añejas como el franquismo, el separatismo o el aborto.
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