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TRAS LA TORMENTA DE LA 'LEY CORCUERA'

El PP llama "loco" a Guerra por pedir "mecanismos de defensa" para evitar los insultos en el Parlamento

EL PAÍS, El duro enfrentamiento surgido el pasado jueves en el Congreso de los Diputados entre Alfonso Guerra y Federico Trillo (PP) subió ayer incluso de tono en el terreno de los insultos personales. Guerra pidió ayer por la mañana "mecanismos de defensa" en el Parlamento cuando un diputado insulte a otro. A este comentario, Enrique Fernández Miranda, diputado del Grupo Popular, respondió que la única explicación que encontraba a tales declaraciones de Guerra era "que haya enloquecido", pero que el PP no emprenderá acción alguna contra el ex vicepresidente, porque "la locura es una eximente".

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También el presidente del Congreso, Félix Pons, contestó a Guerra al señalar que no considera necesarios nuevos mecanismos de defensa del diputado. "De lo qué se trata", dijo Pons, "es de que todos aprendan la lección de que no se puede recurrir al argumento personal por encima de los argumentos realmente políticos del tema que se debate".Los insultos, abucheos y silbidos registrados el jueves en la Cámara baja al término del debate sobre la ley de Seguridad Ciudadana originaron ayer nuevas y tensas reacciones en los diversos partidos políticos, pero especialmente entre el PSOE y el PP, cuyas relaciones ya estaban muy deterioradas en los últimos meses.

Antes de partir hacia Brasil, donde participará en unas jornadas sobre la transición española, el vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra fue preguntado en el aeropuerto de Barajas sobre si su enfrentamiento del día anterior con Trillo fue un escándalo o, por el contrario, dio vida al Parlamento. Ambas posturas, respondió Guerra, pueden ser válidas, "pero los hechos objetivos ahí están, que el representante del PP subió a la tribuna e insultó a un diputado que no estaba interviniendo en el debate. Ese diputado era yo, pero podría haber sido cualquiera", informa Europa Press.

"Yo pienso", continuó Guerra, "que debe de haber mecanisi-nos de defensa, no para defender al diputado insultado sin venir a cuento, sino la defensa de la democracia; porque cuando la derecha española se ha crecido y ha empezado a insultar impunemente a los diputados, en España ha habido una historia muy dramática... ". ,

"La Cámara debería saber cortar que un señor suba a la tribuna y empiece a insultar a una persona que ni siquiera está en el debate. Y para complicarlo aún más, después [Trillo] ha hecho ,declaraciones de que la cosa no Tue improvisada...".

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Más adelante agregó: "De todas maneras, yo pienso que en este momento en Latinoamérica hay una gran oportunidad histórica. Diría que hay más posibilidades de dinámica e integración latinoamericana que la que existe en Europa".

"El mayor insultador"

El Grupo Popular, según su diputado Enrique Fernández Miranda, mostró ayer su "sorpresa ante la declaración de que el Congreso deba ampararle [a Guerra], ya que se trata del mayor insultador que ha conocido la política nacional". El diputado popular insistió en que él y sus compañeros sólo entendían las declaraciones de Guerra en el supuesto de que éste "haya enloquecido", y añadió: "Sólo nos faltaba que quiera lo mismo que hizo para la economía: proponer una ley de hierro para el Parlamento español".

Fernández Miranda insistió sobre la salud mental del vicesecretario general del PSOE y añadió que la locura debe ser una eximente de cualquier comportamiento".

Con posterioridad a estas declaraciones, el diputado del CDS, Carlos Revilla, portavoz adjunto en el Congreso, tuvo que responder a la pregunta de un informador sobre la salud mental de Alfonso Guerra. Revilla precisó si quería la respuesta "como médico neurofisiólogo, o como político". El diputado centrista afirmó: "Como neurofisiólogo, le digo que goza de una magnífiea capacidad mental, afortunadamente para él".

Antes había dicho que no daba excesiva importancia a lo ocurrido en el debate del pleno el jueves por la tarde, y que "todo político debe responder ante el pueblo de lo que dice y ésa es la única medida de sus actos".

Por parte de IU, Nicolás Sartorius fue el primero en manifestar que lo ocurrido en el debate "carece de gravedad". Sartorius explicó que "en cualquier Parlamento europeo se producen situaciones mucho más tensas que aquí, lo que ocurre es que en nuestro Parlamento no estamos acostumbrados y cualquier cosa nos llama la atención".

Vivacidad

Para Sartorius, el insulto y la apelaciones personales deben ser el único límite de la confrontación parlamentaria. El diputado dijo que, sin llegar a los extremos del Parlamento italiano, donde hace unos años se llegaba a las manos con relativa frecuencia, sería conveniente que el Parlamento español ganase en vivacidad durante sus debates y fuese "más apasionado". Para Cristina Almeida, diputada de IU, el debate sobre la ley de Seguridad Ciudadana es un ejemplo de intolerancia, informa Efe desde Málaga. Almeida aseguró que tiene gracia que Corcuera "se las dé de obrerete", pero que en el denate del jueves "se le calentó la boca" y provocó el tono de intolerancia posterior.

La diputada de Izquierda Unida afirmó que la intervención de Guerra en el mismo debate fue un ejemplo de "encanto antidemocrático". "Se ha dado cuenta [Guerra] de que ya no es lo que era y que ya no se le dan besos por la calle".

En opinión de Miquel Roca, de Convergéncia i Unió, el debate "tuvo una gran altura, excepto en la hora final, que representó un espectáculo muy negativo".

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