Blanca crónica negra
La droga se impuso en el primer día de debate sobre la delincuencia en Madrid.
Un debate sobre la delincuencia en los barrios abrió ayer las I Jornadas de Madrid de crónica negra. Pero no se habló ni de delincuencia, ni de barrios, ni de crónicas policíacas. El escritor Andreu Martín lo intentó hablando de Chester Himes, pero fue imposible. La blanca droga que todo lo contamina hoy también se coló en el coloquio y se impuso a las portadas de El Caso, a la exposición de patíbulos y al testimonio de Eleuterio Sánchez.
En la mesa redonda titulada La delincuencia va por barrios intervinieron, además de Andreu Martín y Eleuterio Sánchez, la escritora y asistente social Blanca Álvarez, el cura de Entrevías Enrique Castro, el inspector jefe de la comisaría de Luna, José Manuel Marco, y el presidente de la Asociación de la Federación de Vecinos, Prisciliano Castro.Era el coloquio que abría las I Jornadas de Madrid de Crónica Negra, organizadas por el Ayuntamiento de Madrid en el Centro-Cultural de la Villa. En la entrada, una pequeña exposición de objetos y grandes fotocopias de periódicos hace alusión a famosos crímenes y conocidos delincuentes -Luis Candelas entre ellos-.Pero la cercanía de un debate parlamentario sobre la droga, que se celebra mañana, y del inicio del ultimátum dado por los patriarcas gitanos en los más importantes centros de venta de droga de Madrid fueron razones suficientes para imponerse.
Eleuterio Sánchez, ex delincuente y ahora licenciado en Derecho, reconocía su desconocimiento sobre el tema. "En mi época no había droga. Sólo recuerdo que una vez un preso me ofreció un cigarro de grifa y no me atreví a fumármelo. Yo robaba gallinas para comer".
Apalear toxicómanos
Enrique Castro se convirtió en la estrella de este primer día de las jornadas. El cura Castro, fundador de la combativa Coordinadora de Barrios, elevó la tensión del debate arremetiendo contra la connivencia que mantienen con el negocio del narcotráfico la policía, la prensa, la banca y los políticos.Castro, en cuya casa y parroquia viven toxicómanos y jóvenes "Ilamados delincuentes", tildó de hipócrita la actitud de los poderes públicos de aplaudir la iniciativa tomada por los patriarcas gitanos. Pero Castro fue especialmente duro con las actuaciones policiales. "Ya antes de que nacieran las patrullas ciudadanas", contó, "Ios policías que hace años vigilaban La Celsa nunca perseguían al que suministraba de droga a los pequeños vendedores, pero apaleaban a los toxicómanos que acudían allí".
La presencia del juez Baltasar Garzón el último día de las jornadas, el viernes, garantiza que la droga va a seguir dando que hablar en el Centro Cultural de la Villa. Hoy, los ponentes intentarán hablar de espionaje, y mañana, de literatura y periodismo de sucesos.
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