Aún resisten Vukovar y Dubrovnik
Dubrovnik y Vukovar resisten, pero su caída ante el avance del Ejército federal parece inminente. Dubrovnik fue bombardeada desde las colinas y el mar con morteros y granadas por quinto día consecutivo. Las fuerzas croatas respondieron tanto desde la ciudad como desde Srdj, la única colina que todavía controlan. El Ejército hizo un llamamiento a los 60.000 civiles asediados para que desarmaran a las tropas croatas.El alcalde de la ciudad, Pero Poljenic, dijo ayer que un alto el fuego debería entrar en vigor a mediodía de hoy, aunque reconoció que hasta ahora se han violado diez treguas en el conflicto yugoslavo. Radomir Damjanovic, responsable serbio de las operaciones en Dubrovnik, declaró, por su parte: "No teníamos intención de actuar contra de Dubrovnik, pero fuimos provocados y tuvimos que responder hacia todos los blancos desde donde nos disparaban".
El hotel Argentina, donde están alojados los observadores de la Comunidad Europea (CE) y los periodistas, fue alcanzado por tres morteros. No hubo víctimas. Sin embargo, los observadores de la CE esperaban abandonar Dubrovnik ayer a bordo del barco Slavija junto con otras 1.200 personas. Las autoridades locales serán quienes decidirán quién puede abandonar la ciudad.
En Vukovar, la lucha continúa. Radio Vukovar hace desesperados llamamientos de ayuda. Desde hace días se aplica un bloqueo informativo decretado por las autoridades croatas.
El grueso de las fuerzas serbias en Vukovar lo constituyen los voluntarios y las formaciones paramilitares, apoyados por la artillería y la aviación del ejército federal.
En Sarajevo, más de 100.000 personas se manifestaron en contra de la guerra con el eslogan: "Trabajo sí, guerra no". La república de Bosnia-Herzegovina, donde conviven musulmanes, croatas y serbios, resiste a duras penas los conflictos bélicos abiertos.
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