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Dirigentes del PSOE creen inevitable un congreso extraordinario si no hay "un pacto de familia"

Anabel Díez

Dirigentes del PSOE consideran que, de no "recomponerse la mayoría en el partido", en la que entraría desde el ministro de Economía, Carlos Solchaga, hasta el representante de Izquierda Socialista, Antonio García Santesmases, el PSOE continuará por el camino tortuoso que emprendió hace más de un año y que sólo puede derivar en un congreso extraordinario. Dirigentes regionales proclaman que lo que se dirime no es una cuestión ideológica, y mucho menos diferencias sustanciales sobre el proyecto socialista de Gobierno, sino que el pulso que quiere mantener Alfonso Guerra tiene que ver con parcelas de poder.

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Es más que previsible que el presidente del Gobierno, Felipe González, trate hoy de edulcorar la situación de crisis de su partido en un acto público que presidirá por la mañana, aunque otra cosa será lo que pueda decir en la reunión de secretarios regionales y presidentes autonómicos convocados por la tarde para unificar criterios sobre el modelo de financiación autonómica."¿Qué quiere Alfonso Guerra?", es la pregunta que se formulan perplejos numerosos dirigentes del PSOE, aunque sí tienen claro que la situación es "grave". Miembros de la ejecutiva, sin embargo, sí parecen vislumbrar que de lo que se está hablando es de posiciones de poder. Según esta tesis, Guerra querría recuperar el control del partido una vez comprobado que sus meses de pasividad han derivado en el alejamiento de algunos de sus partidarios.

Al tiempo, y a causa del debilitamiento aparente de Guerra, los dirigentes tradicionalmente enfrentados con el vicesecretario general han visto la ocasión para intentar desbancar a los guerristas allí donde tienen poder. Esta batalla se daría en las organizaciones regionales y en la ejecutiva federal, donde Guerra mantiene un gran predicamento.

Como quiera que el nuevo episodio, es decir, el conocimiento de las palabras críticas de Guerra hacia Felipe González, no es sino "más de lo mismo" en relación con el desacuerdo del guerrismo sobre el resultado de la remodelación del Gobierno y la disconformidad de algunos dirigentes del partido sobre el resultado del congreso, algunos empiezan a invocar, aun en voz baja, la celebración de un congreso extraordinario.

Es cierto que esta posibilidad es mencionada como "último instrumento" por si fuera imposible que el resto de la legislatura transcurriera por cauces civilizados, que, en todo caso, ya siempre estarán presididos por el pacto entre los distintos dirigentes y entre el partido y el Gobierno. Los interlocutores que citan la posibilidad de congreso extraordinario están en el círculo de descontentos con los resultados del anterior congreso y dirigentes regionales seguros de su poder territorial, que no perderían nada si se produjera esta situación excepcional.

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Por el contrario, los actuales miembros de la ejecutiva, es decir, los ganadores del anterior congreso, no quieren, hablar de esa hipótesis. "¿Para qué un congreso extraordinario si la actual ejecutiva salió elegida por el 100% de los votos?", señala un ejecutivo de la actual dirección.

González, enojado

Los miembros de la dirección saben que a su favor tienen la opinión de González, contrario a abrir una crisis en el partido y a quien suponen enojado porque hayan saltado a la opinión pública las discrepancias en el PSOE.Un dirigente regional quería pensar que "el sentido común" se impondrá y que González y Guerra "pactarán" el papel de cada uno: "Guerra sabe que no puede plantear la disyuntiva entre él y Felipe porque sabe que perdería". A su juicio, González necesita a Guerra, ya que "su discurso conecta con la principal bolsa de votantes". Por contra, un dirigente andaluz cree necesario que González "recomponga lo que se llama la mayoría, en la que caben desde Solchaga hasta Santesmases y Guerra si quiere".

[Teófilo Serrano, secretario general de la Federación Socialista Madrileña (FSM), dijo ayer a Efe que no sabe de qué se habló en el almuerzo del martes entre Guerra y el presidente de la FSM, José Acosta, porque no estuvo presente. En dicha comida, al parecer, Guerra dijo que González, estaba secuestrado por los empresarios. Serrano añadió: "Siempre pensé que los dirigentes del PSOE hacían las declaraciones importantes en los órganos correspondientes del partido"].

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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