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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Ciudad del futuro

Se están realizando esfuerzos titánicos por convertir Sevilla en la ciudad del futuro, pero ¿qué es ciudad ¿qué es futuro? El úrbanismo parece estar contagiado de las películas de ciencia-ficción y se olvida de que una ciudad no sólo tiene la obligación de ofrecer una imagen particular y reconocible al exterior, sino que, ante todo, una ciudad debe ser un espacio habitable. Si la evolución se ha visto estancada durante años, ahora se encuentran con el problema de tener que hacer una planificación íntegra, pero lo que no se puede hacer es ignorar lo ya existente, que sí se hizo de acuerdo a una lógica elaboración paulatina, sumándose de forma más o menos coherente unos barrios a otros.Actualmente se está procediendo a la desmantelación de los rasgos urbanos de Sevilla, convirtiendo, por ejemplo, zonas de paso en autovías intransitables peatonalmente. Pero si a cambio mejorase el tráfico, se admite.

El mayor error de todos es sin duda la defórestaciónque se está llevando a cabo sin reparos y, lo que es más grave, sin que nadie se oponga, ni grupos ecologistas, ni agencias del medio ambiente, ni Parques y Jardines, y para qué hablar de los vecinos. Estos últimos, los que ven cómo cortan los árboles de su entorno vital, no parecen darse cuenta del desastre, no sólo ecológico, sino urbanístico, que supone, ya que una calle como López de Gómara se ha convertido en un desierto imposible de atravesar en verano. Los naranjos serán todo lo típicos que se quiera, pero no dan sombra ni cobijan tantos pájaros como esos otros árboles que fueron plantados hace cuarenta o cincuenta años y han tardado todo ese tiempo en crecer para que los arranquen en unas horas. Cuando la destrucción del parque de Chapina no tenía ya remedio, la teniente de alcalde Soledad Becerril aseguró que no se cortarían más árboles. Ahora tampoco tiene remedio el destrozo causado por los bomberos en un árbol frondoso y verde de la avenida de Sánchez Arjona (hay que decir que una rama fue derribada por el viento y cayó encima de un coche, lo cual es un riesgo que corre todo conductor que aparca debajo de un árbol, sobre todo si no se ha realizado una poda en condiciones), pero sí lo tiene el Tardón, cuyas obras de reurbanización -una ironía- se han retrasado afortunadamente, y pese a las prisas que tiene la asociación de vecinos Los Viveros -otra ironía- por ver su barrio adecentado, algo muy merecido, desde luego, pero para lo que no creo que haya necesidad de destruir más árboles como parece estar proyectado.-

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