La guerra verbal entre israelíes y palestinos no impide que sigan negocian o en Madrid

Sin inmutarse, casi sin dirigirse la mirada, el primer ministro de Israel y el jefe de la delegación palestina en la Conferencia de Madrid se lanzaron ayer a la cara todo tipo de acusaciones. Los dos políticos septuagenarios, Isaac Shamir (de 76 años) y Haidar Abdel Shafi (de 72), se pasaron la, factura de 40 años de sangrientos desencuentros sin levantarse de la mesa, ni siquiera cuando el palestino citó palabras malditas para los oídos judíos, tales como OLP o Yasir Arafat.

Las incansables gestiones del gran promotor del proceso negociador, el secretario de Estado norteamericano, James Baker, cuajaron ayer en el compromiso de que la capital española sirva de marco a los primeros compases de las negociaciones bilaterales. Un portavoz israelí confirmó su aceptación. Probablemente se celebrarán en los ministerios del Interior, Justicia y Defensa EE UU va a proponer a las partes medidas de confianza para mejorar el clima negociador.En conversaciones con diplomáticos españoles, Baker, que permanecerá en Madrid, ha comentado que si el diálogo se trasladase, como pretende Israel, a Oriente Próximo todo puede acabar en agua de borrajas. Si bien Shamir afirmó ayer que "no hay mejor camino hacia la paz que hablar cada uno en casa del otro", los países árabes no están dispuestos a pisar Israel. Es más, advierten que romperían las conversaciones antes de llevarlas a Oriente Próximo.

Siria, Líbano y Jordania no rebajaron en lo más mínimo el listón de sus reivindicaciones: Israel tiene que retirarse "inmediatamente" de Cisjordania, de Gaza, de los Altos del Golán, de Jerusalén y del sur de Líbano.

"La continuada intransigencia de la posición de Israel, sin justificación alguna, es la que está poniendo al mundo al borde de peligros incalculables", afirmó tajantemente el ministro de Asuntos Exteriores sirio, Faruk al Shara.

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