Madre de toxicómanos

Soy madre de dos toxicómanos, de 32 y 26 años. Nuestra familia vive con 35.000 pesetas de ayuda familiar que nos concede al mes la Consejería de Bienestar Social de Cantabria. Mi marido y yo estamos enfermos y no podemos trabajar. Tenemos 60 años. Mis hijos han pasado por todas las etapas de la drogodependencia: cárcel, centros de desintoxicación, recaídas. Todos los días paso al lado de los camellos que han enganchado a mis hijos y a miles de jóvenes de Cantabria. Ahí están, tan tranquilos en la calle. Nadie pone remedio. No puedo pagar centros privados de rehabilitación. Suplico, por favor, que el Gobierno, los ayuntamientos, los diputados que ahora se van a subir los sueldos dejen un poco para crear centros públicos de rehabilitación, para que nuestros hijos, que se puedan recuperar, salgan adelante, y para que los que ya no se puedan recuperar tengan una muerte digna. O que nos den a las Madres contra la Droga de Cantabria un caserón o cualquier recurso para que los recojamos y asistamos, porque hasta ahora el Gobierno y los ayuntamientos han prometido ayuda y recursos, pero no hacen nada, o lo que hacen (más medidas policiales, más marginación) es destructivo para nuestros hijos y para sus familias.-