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Socialistas y ex comunistas sellan la unidad sindical en Italia

La unidad sindical entre socialistas y ex comunistas ha quedado sellada en Italia, antes de que esté garantizado el futuro de la nueva sintonía política entre el PSI de Bettino Craxi y el PDS de Achille Occehetto. Ottaviano del Turco ha disuelto la corriente socialista que ha actuado como brazo del PSI en la Confederazione Generale Italiana del Lavoro (CGIL), el sindicato en el que los dos partidos de la izquierda han convivido desde 1944 aun sin dejar de enfrentarse en el terreno político. Y el secretario general, el ex comunista Bruno Trentin, tiene vía libre para dirigir el sindicato con la bandera de la autonomía frente a los partidos y una orientación reformista que se abre al interclasismo.

Un sector muy minoritario, que sigue abogando por el sindicato de clase, introdujo tensión en el XII Congreso de la CGIL, que se clausuró el sábado en Rimini. Pero al final se plegó a la mayoría, como la voz disidente que no quiere romper el movimiento unitario.

Fausto Bertinotti, milanés, intelectual, hijo de obrero, portavoz del rechazo al reformismo sindical de la izquierda en comunión política con Refundación Comunista, atacó el "sindicato de propuesta" defendido por Trentin, y casi paralizó el congreso al promover que la nueva ejecutiva fuera elegida mediante voto secreto. El rumor de que el secretario general dimitía llegó para galvanizar una situación en la que la CGIL hubiera podido desgarrarse en torno a dos listas facciosas de candidatos.

Pero Bruno Trentin logró imponer su criterio. Por una mayoría de 931 votos a favor, seis en contra y cuatro abstenciones, los delegados adoptaron el procedimiento de voto a mano alzada y, por consiguiente, la elección de una candidatura única.

Autonomía

La CGIL que Trentin se propone dirigir ahora, frente al minoritario Bertinotti, no será ya "el sindicato relvindicativo de la clase obrera", sino "el sindicato de la solidaridad y los derechos de los jubilados, los minusválidos, los inmigrantes, las mujeres y los marginados". Un movimiento que reconocerá la diversidad de las situaciones y que tenderá a seguir ampliando su ámbito, aunque no hasta el infinito". Como signo de los nuevos tiempos, este XII Congreso de la CGIL ha sido el primero de su historia en que ha intervenido un secretario general del Partido Republicano, cargo que hoy corresponde a Giorgio la Malfa. El PRI nunca ha pertenecido a la izquierda, pero recientemente rompió su alianza histórica de gobierno con la Democracia Cristiana.

El congreso también fue sede de un debate entre el secretario general del PDS, Achille Ocehetto, y el vicesecretario del PSI, Giuliano Amato.

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