Madrid se apunta a la carta de derechos civiles de la CE

Los alcaldes de las 12 capitales de la Comunidad Europea (CE) dieron este fin de semana en Londres un paso adelante para llegar "a la Europa de las ciudades frente a la Europa de las naciones". El mandatario de Atenas, Antonis Tritsis, propuso al pleno de la Unión de Capitales de la Comunidad Europea (UCCE) -que celebraba su reunión anual- la redacción de una carta de los derechos de los ciudadanos en las grandes urbes, que fue aceptada por varios de sus compañeros y que se acordó perfilar para la próxima sesión de la UCCE en Copenhague.Los representantes de Madrid, París y Londres se mostraron preocupados ante el desplazamiento de los grandes ejes europeos hacia el Este, con Berlín y Praga, como grandes núcleos poblacionales con papel protagonista. Las ciudades situadas más hacia el Oeste reclamaron una estructuración europea global "para coordinar funciones y estrategias". En este sentido, el portavoz madrileño, que en esta ocasión fue el concejal de Cultura, Pedro Ortiz, sostuvo la posición de Madrid "como puente con Iberoamérica", para lo que pidió del Gobierno central más inversiones, especialmente en infraestructuras aeroportuarias.

La vivienda, el transporte, la droga y el envejecimiento de la población son los problemas comunes que se debatieron y que afloraron de todos los informes técnicos presentados. La reunión de la UCCE de este año derivó en una discusión política sobre la calidad de vida y de trabajo en las ciudades y las distintas maneras de abordar las deficiencias que se descubren.

Para resolver la carencia de viviendas se aportaron varias ideas. París defendió la rentabilización de los suelos interiores con usos obsoletos (viejas industrias o vías de tren sin servicio), Lisboa apuntó la necesidad de renovar su reserva de infraviviendas y Roma se mostró preocupada por vigilar el crecimiento ilegal y descontrolado. Pedro Ortiz se pronunció por "descentralizar la ciudad hacia polos de desarrollo periféricos, que ejerzan de eje direccional para asentar nuevas oficinas y viviendas".

Ortiz señaló, como uno de los factores que definen la calidad de vida urbana, "que cada vez se utilizan más metros cuadrados por ciudadano". El concejal entiende que en Madrid este crecimiento se tiene que establecer necesariamente en la periferia.

Lisboa, Luxemburgo y Madrid coincidieron al incidir en la necesidad de articular una red externa de autopistas tipo M-30, M-40 y M-50 para "sacar el tráfico del centro de la ciudad". Estas capitales, junto con Londres, demandaron mayor inversión de los Gobiernos centrales en la creación de infraestructuras para mejorar los transportes públicos. Madrid y Roma entienden necesario ampliar la red actual de su metro y de sus líneas de autobuses. Londres dio prioridad a la renovación profunda de los trenes de cercanías.

Jacques Chirac, mandatario parisino, felicitó a su homólogo londinense por el éxito en la aplicación de lo que en Francia se denominan ejes rojos y que en Madrid se puso en marcha, con un fracaso total, como Plan Red. En tan sólo dos años, la velocidad media de los automóviles en París se ha incrementado de 14 a 16 kilómetros a la hora. En Madrid, durante los últimos 10 años esta velocidad ha disminuido a razón de un kilómetro cada 12 meses, con lo que el tiempo de permanencia media de los automovilistas en sus coches se sitúa al día en una hora y 38 minutos.

El alcalde de Lisboa, que en 1994 será capital europea de la cultura, expuso como una evolución cualitativa del ciudadano urbano "la necesidad primordial de actividades e infraestructuras culturales". Roma, que planteó el método de la coordinación institucional para la planificación metropolitana en estas urbes, aprovechó para recordar que acaba de aprobar una ley de la capitalidad. El representante madrileño pidió una copia.