Huelga general en Italia contra la restricción presupuestaria
Millones de italianos pararon ayer durante cuatro horas en una huelga general destinada a forzar al primer ministro, Giullo Andreotti, a que abandone sus proyectados recortes presupuestarios para el año 1992, que contemplan incrementos de las facturas sanitarias y control de los salarios en el sector público. La huelga, sin embargo, no tuvo el seguimiento de anteriores manifestaciones de protesta.
La huelga, que en las grandes ciudades paralizó el transporte público, tuvo un amplio seguimiento a pesar de los esfuerzos gubernamentales de última hora. "Querernos que estas medidas desaparezcan por completo y no sólo que las suavicen", dijo Giorgio Benvenuto, secretario general de la UIL, uno de los tres principales sindicatos italianos, que agrupan alrededor de 14 millones de trabajadores y se oponen frontalmente a un presupuesto que consideran injusto y alejado de la realidad.
El objetivo de la contención gubernamental es reducir el desbocado déficit presupuestario y mantener a la economía italiana en condiciones de competir en la Comunidad Europea.
La huelga de ayer fue el primer paro general en Italia desde mayo de 1989, cuando una oleada de protestas, también contra la introducción de costes sanitarios, contribuyó al hundimiento de la coalición gubernamental que encabezaba Ciriaco de Mita. Esta vez, sin embargo, es poco probable que caiga Andreotti, porque el seguimiento no fue tan multitudinario como entonces.
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