González propone que el futuro ejercito europeo sirva también a la OTAN

El presidente del Gobierno, Felipe González, sugirió ayer ante el plenario de la asamblea parlamentaria de la Alianza Atlántica, reunido en Madrid, que las unidades del futuro ejército europeo cumplan también misiones para la OTAN. Tras rechazar las "duplicidades innecesarias, dada la limitación de medios y recursos" agregó que "una solución aceptable serían unidades de defensa con capacidad de doble uso para desempeñar funciones tanto en el marco de la Alianza como de la UEO [Unión Europea Occidental]".

Fuentes del Ministerio de Defensa español señalaron que la única fórmula viable para España es la de la doble gorra, de forma que las unidades de élite tengan asignadas misiones tanto en la OTAN como en la UEO. Ello significa que, "en principio", dichas unidades permanecerían en suelo español, descartándose su estacionamiento permanente en el extranjero. El ministro de Defensa, Julián García Vargas, subrayó que el actual debate tiene "carácter político", y que "pasarán años para que se materialice" el ejército europeo, "que no se puede improvisar". Admitió también en los pasillos del Senado, donde celebra sus sesiones la asamblea de la OTAN, que hay "diferencias de matiz entre las posiciones de países como EE UU y el Reino Unido, por un lado, y de Francia y Alemania, con el apoyo español, por otro.

El ministro subrayó, no obstante, que en la reunión aliada de la pasada semana en Taormina se había notado un acercamiento de Italia, alineada con el Reino Unido, a las posiciones francoalemanas, y se mostró convencido de que se logrará un acuerdo en la cumbre comunitaria de Maastricht.

Felipe González advirtió a la asamblea que el proceso de construcción europea está "en un momento crítico" y que si fracasa podría desencadenar "tendencias disgregadoras de renacionalización de las políticas de seguridad, que llevarían consigo una posible multiplicación de alianzas basadas en esquemas nacionales".

Ante un auditorio claramente atlantista, el presidente subrayó que el futuro sistema europeo de seguridad "deberá ser compatible con nuestra relación con la Alianza, que ninguno. queremos debilitar". En su opinión, la OTAN debe evitar el anquilosamiento y volcarse en dos funciones: preservar la relación trasatlántica entre Europa y EE UU y desarrollar mecanismos ágiles de prevención y gestión de crisis.

El discurso del secretario general de la OTAN, Manfred Wörner, evidenció que las diferencias sobre el futuro ejército europeo no se limitan a los matices.

En línea con las tesis de Washington y Londres, Wörner afirmó que "no tendría lógica crear una fuerza europea independiente para la defensa del territorio de la Alianza". Es decir, de Europa. En cambio, abogó por que el futuro Ejército europeo intervenga "en los casos en que la OTAN no quiera o no pueda actuar", principalmente en el Tercer Mundo. La OTAN, según su secretario general, estaría dispuesta a "brindar apoyo material e incluso asignar algunas de sus fuerzas para ser utilizadas por la UEO" fuera de la zona de la Alianza.

El secretario general de la OTAN anunció que la próxima cumbre aliada de Roma propondrá incrementar la cooperación con los antiguos miembros del Pacto de Varsovia, pasando del "intercambio de información a las consultas políticas formales".

La asamblea adoptó una resolución final en la que invita a los Estados miembros de la Alianza a plantearse la posibilidad de llegar a una prohibición total de las pruebas nucleares.

Wörner mantuvo también ayer una reunión con el presidente del Partido Popular, José María Aznar, al término de la cual el dirigente del PP afirmó que no cree conveniente la creación de un ejército europeo al margen de la Alianza, informa Efe. "Debemos ser prudentes a la hora de considerar fórmulas que pongan en peligro la estabilidad de la OTAN", añadió.