González y Guerra se enfrentan por la crisis industrial asturiana

La crisis de la minería asturiana provocó, el pasado martes un entrenamiento entre el secretario general del PSOE, Felipe González, y el vicesecretario, Alfonso Guerra, en la reunión de la ejecutiva del partido gobernante, según miembros del máximo órgano de dirección. Felipe González hizo un análisis "muy técnico" de la situación asturiana y apeló a las directivas comunitarias contrarias a subvencionar sectores en crisis. Guerra, en una intervención "populista" u "obrerista", según las fuentes informantes, replicó con datos más optimistas que evitaban la drástica reducción de plantilla prevista.

Miembros de la ejecutiva federal, distanciados de las tesis de Guerra, aseguran que alguien le hizo un flaco favor a Alfonso entregándole unos datos e informes que fueron rebatidos con facilidad por Felipe González. Estos portavoces señalan que la diferencia viene dada por quien tiene todos los datos y quien sólo se aproxima a ellos "por no estar ya en el Gobierno".Las fuentes de la ejecutiva afirman que el debate sobre la inminente reconversión de Hunosa y Ensidesa, que llevará a la huelga general en Asturias el próximo 23 de octubre, lo suscitó José Ángel Fernández Villa, miembro e la ejecutiva y líder del sindicato SOMA-UGT, que "interpeló" Felipe González por la actitud cerrada que atribuyó a los resonsables de Hunosa.

Las tesis de Fernández Villa encontraron la solidaridad de AIfonso Guerra, que además añadió su propio análisis técnico, lo que llevó a un "acalorado" contraste de puntos de vista con Felipe González.

En el choque socialista subyace el debate ideológico abierto en el PSOE y que tiene como punto de referencia la política económica que desarrolla el Gobierno.

EL PAÍS publica hoy la polémica intervención del ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, ante el comité federal de su partido el pasado 27 de septiembre, en respuesta al análisis que efectuó Alfonso Guerra sobre las consecuencias para el socialismo de la caída de los regímenes comunistas. Solchaga afirmó que "donde no ha habido mercado nunca ha habido libertad".

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