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"Hay que pasar el hilo por la aguja"

Mubarak cree que es capital que árabes e israelíes compartan mesa

Se habla de la urgencia de "establecer contacto". De "dar el primer paso". El presidente egipcio, Hosni Mubarak, es más gráfico cuando describe el mérito que tendría la apertura de la conferencia de paz para Oriente Próximo. Iniciar negociaciones entre árabes e israelíes, dice el rais, sería como "hacer pasar el hilo por el ojo de la aguja". Luego se vería cómo y cuándo se suturan las heridas regionales.

Mubarak es realista. Sabe que semejante labor va a ser larga y tortuosa.Pero cuando habla de la ceremonia con la que Washington y Moscú quieren poner en marcha el proceso de paz en las próximas semanas dice que está convencido de que se trata de mucho más que de un mero ejercicio protocolario. Las posibilidades de solución existen y hay que explorarlas a fondo, afirma.Mubarak usa las manos para dar aún mayor énfasis a sus gestos más categóricos. De pronto las ha puesto rígidas y parece un karateca sentado. "Hay que comenzar, debemos comenzar", afirma. "La búsqueda de la paz no va a ser fácil ni rápida. Pero hay que comenzar. Y tenemos que hacerlo ahora".

El líder egipcio ha reservado toda su vehemencia para la parte final de una conversación con periodistas de tres medios europeos. Y ha elegido el jardín del palacio presidencial de El Cairo para insistir al aire libre sobre el tema central del discurso que pronunció el domingo, exactamente 10 años después de asumir la presidencia de Egipto, tras el asesinato de Anuar el Sadat. "Estamos frente a una última oportunidad histórica para lograr una solución que garantice los derechos de los palestinos y la seguridad de todas las partes, incluyendo Israel, y que permita el establecimiento de nuevos y sólidos vínculos en Oriente Próximo", dijo hace tres días. Y su mensaje a los israelíes es claro: "Una paz justa es garantía de seguridad, futuro y existencia".

Mubarak está optimista y su optimismo descansa en el razonamiento de que en Oriente Próximo la alternativa a la paz es un desastre que todo el mundo está empeñado en evitar. Sobre todo Estados Unidos, el país que ha asumido la responsabilidad global y que parece decidido a emplear todo su poder para impedir que un fracaso diplomático en Oriente Próximo amenace la credibilidad que Washington se ha ganado insistiendo en que, en el nuevo orden nacido de la guerra del Golfo, se van a aplicar todas las resoluciones de las Naciones Unidas.

Mubarak subraya que es indispensable un "gesto de buena voluntad" de parte de Israel en la forma de una congelación de asentamientos judíos en Gaza y CisJordania. "Lo de las colonias complica las cosas a los israelíes. Nos las complica a nosotros. Complican toda la situación", dice. Pero no es partidario de supeditar la realización de la conferencia a un cese inmediato de asentamientos. Dice que más vale poner en marcha las negociaciones. Transformarlo en una condición podría producir el efecto que los sectores israelíes más reacios al diálogo tanto desean.

Serenidad palestina

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Con la misma lógica, el sexagenario ex piloto militar hoy al mando del único país árabe con relaciones diplomáticas con el Estado judío, gracias a los tratados de Camp David de 1978, aconseja serenidad a los palestinos. Hace dos días, Nabil Shaat, el principal asesor de política internacional de Yasir Arafat, declaraba que todo podría venirse abajo si Israel veta los nombres de los representantes palestinos en la delegación jordano-palestina, cuya composición será anunciada en breve. "No aceptaremos el veto", dijo Shaat. "Eso y la suspensión de los asentamientos son condición sine qua non para que los palestinos participemos en la conferencia".El principal peligro es la intransigencia. Mubarak dice que sería contraproducente, por ejemplo, que los palestinos se empeñaran en proclamar que los delegados son o no miembros de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) o si técnicamente la representan. Más que compromisos, sugiere más sutileza. "Pienso que este tipo de cosas, como lo de la representación, son cuestiones menores", afirma.

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