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El 'hombre fuerte' de Haiti muestra síntomas de inseguridad

ENVIADO ESPECIAL, El hombre fuerte de Haití, general Raoul Cédras, da síntomas de inseguridad en sus declaraciones, que parecen provocar fisuras entre sus posiciones personales y las de las Fuerzas Armadas como corporación. El sábado, a primera hora de la tarde, Cédras reunió a un grupo de periodistas en el cuartel general del Ejército, situado en el centro de Puerto Príncipe, a escasa distancia del palacio presidencial.

Cédras no excluyó que: pudiese producirse un retorno del derrocado presidente Jean Bertrand Aristide, aunque de forma muy condicionada: si hubiese un consenso favorable de todos los sectores de Haití y con garantías para todas las partes implicadas.La misma noche del sábado, sin embargo, un comunicado del alto mando de las Fuerzas Armadas se encargó de cerrar ese pequeño resquicio que parecía haber abierto Cédras. "La vuelta del padre Aristide no es negociable", decía de forma tajante el comunicado, emitido después de que las agencias de prensa hubiesen difundido las declaraciones de Cédras.

La posible vuelta de Aristide, "es un rumor, producto de una maniobra de sus partidarios con los medios extranjeros", añadían los militares, asegurando que "es un asunto grave, que ha enojado a todo el Ejército".

En su reunión con la prensa Cédras se mostró en general inseguro. Volvió a afirmar que la intervención militar impidió que Haití cayese en una dictadura similar a la de los Duvalier, y aseguró que en el país no se había producido un golpe de Estado, sino "una corrección del proceso democrático". Acusó a Aristide de haber cometido numerosas violaciones de la Constitución, que se negó a precisiar.

Trató por otra parte de minimizar el papel de las Fuerzas Armadas en el Haití actual, asegurando que "no es tarea del Ejército encontrar una solución a esta crisis", y excluyendo que sean los militares los que decidirán sobre el futuro del país.

La reunión de Cédras con la prensa ha alimentado los interrogantes sobre las relaciones del aparente hombre fuerte con las Fuerzas Armadas. A la pregunta de si había sido forzado al golpe, Cédras respondió que fue una decisión adoptada por las Fuerzas Armadas. La respuesta, al no asumir de forma directa y personal la responsabilidad, refuerza la versión que ha lanzado algún diplomático de Estados Unidos en Haití, según la cual Cédras es una especie de rehén de los rangos inferiores del Ejército, que le empujaron a derrocar a Aristide.

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El diario Miami Herald y también un comentario del New York Times recogieron incluso el rumor de que la esposa de Cédras había sido hecha prisionera para obligar a su niarido a la intervención. Cédras reaccionó irritado ante las preguntas sobre este tema y se limita a responder: "Eso leí en la prensa".

La misión de la OEA

Mientras tanto la delegación de la Organización, de Estados Americanos (OEA) volvió ayer con las manos vacías a Washington tras entrevistarse, con miembros del Gobierno de Aristide, parlamentarios de la oposición y representantes de diferentes sectores sociales de Haití en un salón del aeropuerto de Puerto Príncipe.Ante los periodistas, Cédras había recomendado que los representantes de la OEA se reunieran con todos los sectores del país "para hacerse una buena idea de la situación".

[El Parlamento de Haití se encuentra en sesión permanente desde la mañana de ayer en un intento de resolver la situación creada por el golpe militar contra el presidente Aristide. A la sesión asisten los jefes de todos los principales partidos políticos haitianos, informan agencias.]

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