Borrell salva a la M-40 del recorte presupuestario
El recorte presupuestario previsto para el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), cercano a los 100.000 millones de pesetas, no afectará a la terminación de la M-40. Fuentes del MOPT confirmaron la próxima adjudicación de dos de los tres tramos que faltan por contratar en esta vía. En el tercero -el cierre norte, junto a El Pardo- admitieron problemas técnicos.
El ajuste económico propugnado por el titular de Economía, Carlos Solchaga, en los capítulos inversores de todos los ministerios, no impedirá que el Consejo de Ministros adjudique en un plazo no muy superior a dos semanas la contratación del cierre oeste de la M-40, que enlazará la N-V (Extremadura) con la N-VI (La Coruña).El proyecto, con una longitud de 12 kilómetros y un presupuesto cercano a los 12.000 millones, está listo para que, una vez aprobado por el Gobierno, las obras puedan iniciarse incluso antes de que acabe el año. La previsión inicial del ministerio consistía en haber comenzado antes del verano y terminar en 18 meses.
Los Focos
Fuentes oficiales informaron ayer de que la fecha para la inauguración de los siete kilómetros que restan por entrar en servicio del distribuidor este de la M-40, entre las carreteras nacionales de Barcelona (N-II) y Valencia (N-III), se fijará para los primeros días de noviembre.Este tramo, paralizado durante meses por el asentamiento en Los Focos de un poblado de chabolas que el Ayuntamiento no fue capaz de liberar en su momento, permitirá llegar de forma continuada desde la carretera de Extremadura hasta la de Barcelona y habilitar por fin la mitad de la M-40.
El ministerio se halla también a la espera tan sólo de la firma gubernativa para acometer uno de los trazados del cierre norte de la M-40, el que comunicará en 7.700 metros la carretera de Colmenar y la vía borde de Hortaleza.
La adjudicación, fijada en el presupuesto tipo de licitación en 10.500 millones de pesetas, puede decidirse también en este caso en no más de dos semanas, según pronosticó ayer el secretario general para las Infraestructuras del Transporte, Emilio Pérez Touriño.
El inicio de las obras, sin embargo, se puede retrasar hasta el mes de enero, y su culminación no podrá verse hasta dentro de al menos dos años.
Pérez Touriño rechazó ayer cualquier posibilidad de que se amplíen los actuales retrasos en la ejecución final de la M-40 por motivos económicos, tanto en estas obras como en el complicado trazado que atraviesa el monte de El Pardo por fuera y junto a su tapia.
El secretario general para Infraestructuras del MOPT señaló que los ajustes presupuestarios que se preparan en todos los ministerios, pero especialmente en el de Obras Públicas, no afectarán a la M-40. Pérez Touriño añadió que si su departamento estaba retardando una solución al cierre norte se debía exclusivamente a "problemas técnicos".
El cierre norte de la M-40 es un proyecto complejo y caro (alrededor de 35.000 millones de pesetas) que se ha dividido en tres fases distintas de ejecución.
La primera, que tiene que transcurrir junto al monte de El Pardo y que iba a costar más de 14.000 millones, ha sido la más polémica.
El ministerio, además de encontrarse desde el principio con la oposición ecologista, que considera El Pardo el pulmón verde e intocable de la zona norte de la ciudad, ha lidiado con numerosas dificultades para definir su trazado.
Los técnicos del ministerio estudian ahora, tras aprobar el pasado mes de enero el anterior ministro Javier Sáenz Cosculluela una solución salomónica para contentar a todos, una variación estrictamente técnica que aseguran "no retrasará más la ejecución de la obra".
Pérez Touriño confirmó que se estaba pensando desechar la propuesta adoptada entonces por Sáenz Cosculluela de construir un túnel tipo mina (horadando el terreno) ante el escaso recubrimiento de la zona por donde debía transcurrir la autovía -sólo seis metros de arena no muy asentada- y ante el ancho excesivo de la carretera, 18 metros.
Túnel a cielo abierto
Fuentes del ministerio apuntaron, en este sentido, que no hay precedentes de proyectos de esta envergadura y que el riesgo de accidentes laborales, desprendimientos y el incremento de peligrosidad en la obra, hacía más factible la solución de abrir el monte para construir el túnel a cielo abierto. Esta posibilidad, que obliga a reponer toda la vegetación afectada, es más barata que la anterior. Técnicos del ministerio de Obras Públicas cifraron el ahorro en un 30%.El consejero de Transportes de la Comunidad, Julián Revenga, apostó ayer por esta segunda solución. Revenga ha manifestado en varias ocasiones que no considera prioritaria esta actuación, y apuntó que ya tiene varias alternativas inversoras que ofrecer al Ministerio de Obras Públicas para que destine los 5.000 millones que considera se pueden desviar de este proyecto.
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