_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Glaciar

Manuel Vicent

Aún vive mucha gente dentro de los glaciares. Ahora acaba de aparecer el cadáver de un hombre antiguo que ha permanecido congelado 4.000 años bajo las nieves del Tirol, pero es probable que el frío haya dejado intacta e hibernada una civilización en las entrañas del casquete polar, la cual sólo está esperando un deshielo científico para comenzar a moverse de nuevo. Los glaciares se desplazan, se van fundiendo lentamente a medida que alcanzan espacios más solares, de modo que esa civilización viene hacia el sur por el interior de los valles petrificados, y el pulso de sus habitantes se pondrá a latir otra vez cuando consigan el grado de calor preciso. No es dificil imaginar en la profundidad del hielo a una multitud congelada en un instante cualquiera de su vida mientras cada uno ejecutaba una acción anodina. Entre helechos de piedra hay gente matando todavía a un reno o mujeres que están peinando a sus hijas en la puerta de casa, hechiceros preparando los imanes para la magia, jueces primitivos con el brazo levantado impartiendo justicia, unos curtiendo el cuero, otras cosiendo con fibras de álamo o pariendo en compañía de los venados. Un día esa sociedad purificada por varios milenlos de frío saldrá a la superficie para continuar la acción en el punto donde la habían dejado al sobrevenir el sucesivo y gigantesco alud. Esa gente seguirá actuando sin saber que entre dos latidos de su corazón han pasado miles de años, y cuando eso suceda nosotros estaremos sepultados bajo .pétreas capas de basura industrial y en su momento estos hombres del hielo también tendrán arqueólogos. Después de abrir profundos pozos en la zona templada, algún sabio que hoy es todavía un salvaje hibernado descubrirá estratos de calaveras humanas amasadas con restos de ordenadores y pistolas. Nosotros no tendremos tanta suerte como ellos, ya que esta miseria no alcanzará nunca la resurrección. Se habrá podrido muy bien no sólo debido al calor, sino al absurdo que arduamente había conquistado.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_