España intenta acelerar el ritmo de trabajo de los Doce

España está más preocupada por el ritmo de trabajo de la presidencia holandesa de la Comunidad Europea (CE) que por el contenido de su última propuesta en materia de unión política de los Doce, que, según el secretario de Estado para la CE, Carlos Westendorp, "permite seguir negociando con esperanza".Westendorp compareció ayer ante la comisión mixta Congreso-Senado para la CE para dar cuenta de la negociación en curso sobre la unión económica y monetaria (UEM), que "registra avances esperanzadores" tras la reunión del sábado en Apeldoorn de los ministros de Economía de los Doce, y la unión política (UP), que padece un "retraso mental", a causa, entre otros motivos, de la dedicación de los Estados miembros a los asuntos de la URSS y Yugoslavia.

Este desequilibrio entre ambos procesos es tanto más preocupante cuando faltan tan sólo nueve semanas para que se celebre en Maastricht (Holanda) la trascendental cumbre en la que los jefes de Estado y de Gobierno de la CE deben, en principio, aprobar los tratados de la UEM y de la UP.

Holanda ha sometido sucesivamente a sus socios este mes dos borradores de tratado de UP. Si España consideró que, a pesar de sus insuficiencias, el primero "no debía ser rechazado en bloque", el segundo ha sido acogido con mayor satisfacción porque "recoge en un 90%" el proyecto elaborado por la presidencia luxemburguesa y abre la vía a que prospere alguna de las revindicaciones españolas. Además de pedir una mayor cohesión -transferencias de los Estados ricos a los pobres-, la diplomacia española solicita financiación comunitaria para la creación de grandes redes de comunicación y para las políticas de medio ambiente. Otro motivo de satisfacción para España, Alemania e Italia es, según Westendorp, que la última propuesta aumenta los poderes del Parlamento Europeo reintroduciendo, en determinadas materias, la codecisión y el derecho de veto en Estrasburgo.