Hong Kong opta por el capitalismo
Los candidatos de Pekín, barridos en las elecciones legislativas de la colonia británica
Hong Kong, la colonia británica que deberá ser devuelta a China en el año 1997, celebró la semana pasada las primeras elecciones legislativas directas en sus 50 años de historia bajo control de Londres, y los candidatos de Pekín fueron barridos por una agrupación liberal, enemiga del sistema comunista al que deberá someterse en poco más de un lustro.
ENVIADO ESPECIAL,En Hong Kong, donde el 98% de sus habitantes son chinos más inclinados a la corbata de seda y a la tarjeta de crédito que a la cooperativa agraria, sigue mandando el honorable gobernador David Wilson y el dinero. Sin embargo, algo se ha movido en esta comunidad donde se adora el becerro de oro como en ninguna otra parte del mundo.El día 16, el partido Demócratas Unidos, encabezado por el abogado de 53 años Martín Lee, conseguía 12 de los 18 escaños, en disputa para el Consejo Legislativo e inmediatamente reclamaba más democracia y mayor influencia popular de este organismo en el Consejo Ejecutivo, instancia encargada de gobernar a las órdenes de la metrópoli y de las altas finanzas internacionales.
Los tres candidatos pro Pekín obtuvieron el 8,3% de los sufragios y quedaron fuera del juego. "Los nombramientos en el Consejo Ejecutivo son de mi incumbencia y decidiré según mi criterio quiénes son las personas adecuadas", ha respondido el gobernador a quienes le pidieron sitio y atención a las nuevas voces. El mundo del dinero, que apura los últimos años de entera libertad de movimiento y cuantiosas ganancias, reaccionó con discreta preocupación.
No es previsible que el gobernador de Hong Kong, en sintonía con los intereses de su país, facilite la entrada en las estructuras del poder de una inquieta formación anticomunista cuyas inquietudes vocaciones a la democracia y a una mayor autonomía pueden perjudicar los esfuerzos de Londres por mantener buenas relaciones con una nación y un mercado colosal: 1.000 millones de potenciales compradores. Martin Lee, activo defensor del movimiento estudiantil chino en favor de la apertura, había sido vetado por Pekín en 1984 cuando formó parte de la comisión redactora de la ley básica, una especie de Constitución acordada con Londres para preparar el relevo dentro de seis años.
Pocos cambios
En esta democracia colonial, a efectos prácticos más que políticos, la reciente consulta no ha decidido mucho al estar integrado el Consejo Legislativo por 60 escaños que completan una tema de representantes de asociaciones profesionales conservadoras, hombres de negocios, dos sindicalistas y 17 diputados yesman a nombrar por sir David. En síntesis, un cuerpo para banqueros, contables, abogados, arquitectos, financieros y empresarios turísticos. Un ordenamiento conocido ya en la Europa medieval, la Rusia zarista y la Italia parda y negra de Benito Musolini, pero que en la colonia ha posibilitado unos buenos servicios públicos, numerosas viviendas subsidiadas, rentabilidad económica y seguridad a los inversores. En Hong Kong se conduce por la izquierda y se hace política por la derecha, con el permiso de Pekín.
Pronto reclamaron el diálogo con China los nuevos legisladores elegidos en una consulta a la que únicamente acudió un 39,15% del censo inscrito. "No luchamos por la democracia en China sino por la democracia en Hong Kong, bajo la política de un país dos sistemas", dijo Lee. En una votación más seguida por los subalternos de la colonia que por los ejecutivos de teléfono celular, 750.470 personas depositaron la papeleta de un total de 1.916.925 inscritas en los colegios. Tenían derecho a voto 3,8 millones de ciudadanos en una población de 5.700.000 habitantes. Ayen Lee Peng, miembro del Consejo Ejecutivo, ha subrayado que los elegidos deberán ser tenidos en cuenta por el Gobierno chino "que espero", dijo, "acepte esta realidad".
La fiebre del oro, del dólar, del yen, de la cotización de los mercados, es la realidad más tangible de un territorio de 640 kilómetros cuadrados y con el 80% de sus moradores apiñados en el 8% del territorio. En sus puertos el Gobierno británico permitió hace más de un siglo el tráfico de opio. Más de 100 años después Londres autoriza e impulsa otros tráficos más acordes con el siglo de la especulación y la bolsa. Según el acuerdo de 1984 suscrito por Pekín con el Gobierno de Margaret Thatcher, el número de legisladores por votación directa aumentará hasta 20 en 1995, a 24 en 1999, y a 30, la mitad de la Cámara, en el año 2003.
La autonomía china
Muchos residentes, posiblemente los de ingresos y cualificación más altos, no esperarán la comprobación del grado de autonomía que respeta el Gobierno chino y emigrarán antes de 1997, como antes lo hicieron del régimen que tomará posesión de la colonia. Otros permanecerán en la confianza de que la prosperidad del enclave, su valiosa existencia para la economía china -de 6.000 a 8.000 millones de dólares al año- sea protegida por los nuevos dueños y asegurados también sus mecanismos ferozmente capitalistas y eficaces. Los más optimistas, quienes han invertido en las ciudades chinas que disfrutan de un régimen económico especial y experimental, no descartan que la fuerza de Hong Kong se expanda poderosa por el territorio continental. Piensan que, en lugar de cambiar la ruta y enfilar hacia un sistema comunista, su éxito financiero y la presión internacional conseguirán que China se abra hacia la economía de, mercado y hacia el pluralismo político.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.