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"Mis amigos me dijeron que aceptar el cargo era una locura"

Francisco Cervino, nuevo gerente del hospital Gregorio Marañón

El hospital Gregorio Marañón, cuyos problemas no tienen solución, según Joaquín Leguina, cuenta con un nuevo timonel desde principios de agosto. Francisco Cerviño González, coruñés, de -45 años, se ha tomado su cargo de director gerente como un reto profesional, aunque admite que sus amigos le comentaron que estaba haciendo una locura. En este inmenso barco, blanco de tormentas políticas y de variados sucesos, lo más importante, en su opinión, "son sus cientos de miles de pacientes, con quienes hay que mejorar el trato".

"La imagen que tienen los ciudadanos de este hospital es como Jano, con dos caras", explica Francisco Cerviño, nefrólogo que desde 1983 se ha dedicado exclusivamente a la gerencia en el hospital Juan Canalejo, de La Coruña. "Por un lado, el rostro del Gregorio Marañón como un centro con una acumulación de alta tecnología que se da en muy pocos hospitales, tanto en España como en Europa, con una compleja organización de muchísimas personas que hace posible la práctica de los tres trasplantes más importantes -riñón, corazón e hígado-. Por otro, la cara de la noche negra: la huelga de cele, de los médicos, las protestas y movilizaciones de los trabajadores y la imagen de ser un lugar donde se hace más política que trabajo".Cerviño manifiesta que su intención es que esta imagen "truculenta" desaparezca y "se vea más lo positivo". La actitud de los 6.700 trabajadores que ahora dependen de el "debe cambiar, y esto es lo más, difícil. La cuestión está en conseguir que todos se impliquen en la misión de este hospital, que la gente sea más leal a la empresa, a la organización, y menos a la coyuntura política. Lo que tengo muy claro es que nadie nunca puede utilizar como munición política un hospital donde con quien se trata es con pacientes".

Actitud derrotista

El nuevo director gerente confía en que el clima constantemente enrarecido del único gran hospital -2.500 camas- que depende del Gobierno autónomo mejore, "haciendo que todos los colectivos participen en la toma de decisiones, que todos se sientan orgullosos de trabajar en un gran hospital. Ahora está de moda hablar de todo lo malo, no sólo aquí, sino en general en la sanidad pública. En el hospital de La Coruña conseguimos cambiar esto por una actitud menos derrotista, aunque aquí será mucho más complicado".

Al lado de esta gran intención, "que parece filosofía", están las cuestiones "fáciles". "Son proyectos que sólo dependen de que haya o no dinero. Por ejemplo, la mejora de la hostelería, con la centralización de las cinco cocinas en una nueva, o el impulso a las cuestiones relacionadas con cáncer, sida, nuevos trasplantes, como el de médula o el de páncreas, o una nueva unidad de reproducción asistida".

Lo más difícil es cambiar "las relaciones personales". "La relación de los trabajadores con los pacientes tiene que mejorar, porque si los usuarios no perciben este cambio, de poco nos va a valer tener los mejores servicios", explica. Y es que su intención es convertir este centro sanitario en un lugar competitivo "para cuando, en un futuro que esperamos no muy lejano, los ciudadanos puedan elegir médico y hospital".

Cerviño confía también en resolver poco a poco el problema de las listas de espera, uno de los caballos de batalla de muchas denuncias de los usuarios. "Vamos a sacar adelante las listas de espera en las patologías con más demanda mediante la prolongación voluntaria de jornada por las tardes, pero sólo de los servicios que lo necesiten y mientras exista esa lista, no para pagar más a los médicos de forma soterrada. Se utilizarán todos los medios quirúrgicos y de camas disponibles en el área sanitaria número 1, incluyendo el hospital Virgen de la Torre,. en Vallecas", dice el gerente.

Cerviño alude así a uno de los problemas de este hospital, el de los salarios de los facultativos, que realizaron una huelga de celo por el escaso precio con el que se les pagaban las guardias. "Hay que tener contentos a los médicos, porque son el motor de todo hospital", concluye.

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