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China obliga al corresponsal del diario 'The Independent' a que abandone el país

Enric González

Las autoridades chinas no parecen dispuestas a aflojar en lo más mínimo su control sobre los medios informativos, incluidos los extranjeros. Andrew Higgins, corresponsal en Pekín del diario londinense The Independent, ha recibido la orden de abandonar el país de forma urgente. Tan urgente que sólo tiene 72 horas para empaquetar.

El periodista británico -que volará mañana de vuelta al Reino Unido, tras cuatro años de estancia en Pekín- no se mostró sorprendido ni preocupado por la expulsión. En su conversación telefónica cotidiana con sus compañeros de la redacción, les comentó ayer que tenía las maletas a punto (estaba previsto de todas formas que se reincorporara a la redacción central londinense el próximo mes de noviembre) y que la semana próxima les contaría personalmente su pequeña aventura. Higgiris temía la orden de expulsión desde hace meses, aunque a estas alturas contaba ya con que le permitirían concluir normalmente su periodo de corresponsalía.Los problemas entre Higgins y el Gobierno chino comenzaron en junio. El corresponsal estaba viajando por la provincia de Shandong, al este del país, cuando en uno de los habituales registros a que son sometidos los periodistas en esa zona le fue encontrado un documento secreto del partido comunista sobre las detenciones efectuadas en la zona fronteriza con Mongolia. El asunto era materia de expulsión automática, pero los dirigentes chinos prefirieron evitar la posibilidad de un conflicto diplomático antes de la prevista visita a Pekín del primer ministro británico, John Major, efectuada sin novedad -aunque con serias diferencias en torno al tema de los derechos humanos- hace un par de semanas. Era la primera visita de un líder occidental desde la matanza de Tiananmen, en junio de 1989. Por aquellas fechas, y debido. a sus informaciones sobre la rebelión de los estudiantes a favor de la democracia, fueron expulsados otros dos corresponsales: John Pomfret, de Associated Press, y Alan Pessin de la emisora The Voice of America, ambos estadounidenses. Nadie más había sufrido la retirada de la acreditación oficial, hasta ahora.

Después de Major fue la ex primera ministra Margaret Thatcher la que viajó a China. Habían transcurrido sólo unas horas tras la partida de Thatcher cuando, el jueves, Higgins fue convocado con urgencia por el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Una vez allí, la ceremonia de despedida fue sencilla: se le pidió la acreditación, se le dijo que ya no la recuperaría y se le concedieron 72 horas para partir. No hubo amenazas y ni explicaciones. Dos días antes, The Independent había publicado un crudo reportaje sobre los abortos forzosos en China y los brutales métodos anticonceptivos impuestos por el Gobierno para frenar la explosión demográfica.

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