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La autonomía cantada

La Comunidad prepara una nueva versión del himno regional para sacarlo del olvido

Juan Carlos Sanz

"¡Viva mi dueño, / que sólo por ser algo, / soy madrileño!". Así concluye la segunda estrofa del himno de la Comunidad de Madrid, aprobado en 1983. Nadie discute la solemnidad de la música de Pablo Sorozábal Serrano, hijo del compositor de La del manojo de rosas, aunque la letra -un poema del filósofo Agustín García Calvo- aún suscita las críticas del Partido Popular. Además, se interpreta en escasas ocasiones, como en la fiesta del Dos de Mayo. Para sacar del olvido a uno de sus símbolos, la Comunidad prepara un nuevo arreglo del himno destinado a las bandas municipales.

La Marsellesa, Good save the queen, Els segadors. En París, Londres y Barcelona -por ese orden- siempre hay alguien dispuesto a corear sus estrofas. Sin embargo, en Madrid casi nadie se sabe el himno de la Comunidad. El presidente Joaquín Leguina asegura que lo conoce de memoria; su consejero de Presidencia, Agapito Ramos, lo tararea con visible satisfacción en los actos del Dos de Mayo, pero no está confirmado que el resto de los miembros del Gobierno autónomo sean capaces de cantar el himno regional."Y yo soy todos y nadie, / político ensueño. / Y ése es mi anhelo, / que por algo se dice: / de Madrid, al cielo-. Una versión del himno regional pasada por el sintetizador sirve de sintonía de cierre de las emisiones de Telemadrid.

Agustín García Calvo admite que el himno "se usa poco". Sin embargo, sostiene que su poema posee el ritmo y la métrica apropiados para ser coreado en público. El catedrático de Latín, que cobró una simbólica peseta por el encargo de la Comunidad, afirma que dispuso de absoluta libertad para escribir. Sólo el entonces alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván, revisó el texto y recomendó a su amigo el filósofo que retirara -como finalmente hizo- la palabra nada que aparecía dos veces en el primer borrador.

"No voy a ser menos"

"Yo estaba en el medio: / giraban las otras en corro, / y yo era el centro. / Ya el corro se rompe, / ya se hacen Estado los pueblos, / y aquí, de vacío, girando, / sola me quedo. Cada cual quiere ser cada una: no voy a ser menos".El día de Nochebuena de 1983, los diputados socialistas y comunistas de la Asamblea de Madrid aprobaron el himno de la Comunidad. Los parlamentarios del Grupo Popular se ausentaron del pleno para expresar su oposición al texto de García Calvo, al que llegarón a tildar de anticonstitucional".

Hace apenas dos meses, en el debate de investidura de Leguina como presidente regional, el portavoz del Grupo Popular, Alberto Ruiz Gallardón, volvió a condenar el texto de García Calvo. Leguina había criticado con dureza "la cutrez" del monumento a la Violetera -estatua con la efigie de Celia Gámez, erigida por el Ayuntamiento en la intersección de la calle de Alcalá con la Gran Vía- y de su inscripción: "Como ave precursora de primavera...". Ruiz Gallardón replicó que, a su juicio, la cutrez del verso "¡Viva mi dueño... seguía siendo insuperable.

"Y en medio del medio, / capital de la esencia y potencia...", arranca la tercera estrofa del himno. "Las cosas se hicieron con cierta prisa", relata Florencio Álvarez, director de relaciones externas de la Comunidad y sombra de Leguina en sus actos protocolarios. A duras penas puede citar las escasas ocasiones en las que ha escuchado el himno. "La banda de la Capitanía General lo toca en la fiesta de la Comunidad, y alguna que otra banda municipal, como la de Alcalá, lo interpreta en las visitas oficiales del presidente. La música es muy bonita, pero no me sé la letra", confiesa el responsable del protocolo autonómico.

Sin embargo, la mayoría de las bandas municipales tienen dificultades para seguir la partitura del himno, concebida para orquesta y coros. Leguina aseguró ayer a EL PAÍS que quiere encargar un nuevo arreglo de la pieza de Sorozábal paráque el símbolo musical de la Comunidad pueda ser oído más a menudo. Aunque sea sin la letra de García Calvo.

"Mire el sujeto / las vueltas que da el mundo / para estarse quieto", escribió el filósofo.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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