_
_
_
_
SEGUNDO DESAFÍO CANAL +

El Barça y el Madrid ocultan sus problemas

El Barcelona y el Real Madrid o viceversa -el orden de los factores no alteró ayer el producto- se tienen miedo hasta en los amistosos. Johan Cruyff se desmarcó del partido en la víspera en un intento de curarse en salud, lo que frenó, posiblemente, la asistencia de público. No contento con ello, el técnico azulgrana dejó en el banquillo a la mitad de sus titulares. Su rival, Radomir Antic, hizo lo propio e incluso hurtó a los espectadores cualquier posibilidad de adoptar una actitud jocosa con Michel, otro de los grandes ausentes junto con los dos buques insignia de los respectivos clubes, Koeman y Prosinecki. Hubo demasiadas precauciones. Ni siquiera el experimento de las reglas de la FIFA aportó más alegría y vivacidad a un partido en el que lo mejor fueron los goles, espectaculares ambos por las acciones de Nadal y Alfonso.Antic hojeó, horas antes del encuentro, un libro que le regalaron en el hotel con un título muy sugestivo: Cómo vencer la depresión. Es posible que Cruyff también se inclinara por la lectura, pero antes pensó en la forma de cubrir con dignidad el expediente de un partido que ha creado los primeros roces de la temporada entre él y la directiva. Y es que el Real Madrid y, el Barcelona no están finos. Sus respectivas orquestas de solistas no están coordinadas y sus directores temen la presión ambiental que les rodea.

Más información
No hubo desafío entre Núñez y Mendoza
Cruyff: "Éste es un juego diferente a nuestro fútbol"

Como si hubiera un acuerdo tácito, los dos rivales adoptaron una actitud conservadora. Pelotearon y pelotearon, triangularon y triangularon durante muchos minutos sin apenas crear jugadas de peligro. Ni siquiera supieron sacar provecho de las reglas que, posiblemente, adoptará la próxima temporada el máximo organismo del fútbol mundial. Nadie forzó las situaciones de fuera de juego -no se señaló ninguno- ni nadie presionó al defensa que recibía el balón del guardameta sin posibilidad de devolvérselo. Dio la impresión de que no se habían mentalizado ni jugadores ni árbitro, que incluso cometió un error.

El primer tiempo fue dominado territorialmente por el Barcelona, que dispuso de tres excelentes oportunidades para marcar. El Real Madrid tan sólo tuvo una, en jugada personal de Butragueño, que desestabilizó a la defensa azulgrana. Pero quien quebró la esperanza de un mayor espectáculo, además de disminuir el potencial de su equipo, fue Rocha, que se fue al vestuario expulsado, segundos antes del descanso, por una dura entrada a Laudrup.

Antic se cubrió las espaldas en la reanudación y reforzó su defensa con la inclusión de Maqueda. Con los cambios realizados en ambos equipos, el partido entró en una fase de juego embarullado, que sólo se rompía esporádicamente en jugadas individuales. La iniciativa, casi siempre, partió del Barcelona, pero el espectáculo lo dio Buyo, que neutralizó todos los intentos barcelonistas de marcarle un gol. Sin embargo, el excelente y excéntrico guardameta madridista no pudo tapar el hueco por el que se coló el balón impulsado por Nadal, tras una bella jugada del centrocampista mallorquín que regateó, por dos veces, al mencionado Maqueda. Fue un gran gol que tuvo una réplica precisa, concisa y también de bella ejecución, con el tanto de Aldana.

En definitiva, Barcelona y Real Madrid ocultaron ayer sus problemas reales, quizá para no dar ventajas. Se limitaron a evitar cualquier descalabro y a pensar en los próximos compromisos, como la Liga y las competiciones europeas en las que están inmersos.

Además de los goles, lo positivo del partido fue el comprobar que con las normas experimentales de la FIFA se juegan más minutos de tiempo real y que los jugadores también han de correr mucho más porque se crean espacios superiores. Pero esas dos circunstancias no sirvieron. El marcador no miente.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_