Todo se derrumba
Todo se derrumba a mi alrededor y, como en otras ocasiones, el papel y la pluma me prestan su consuelo. La URSS se desintegra por culpa del comunismo. Una de las cosas que ha provocado es el vacío en los estantes de los mercados; la gente se muere de hambre. En la otra parte del planeta, ¿cuna? de la democracia y de la libertad, no mueren de hambre, pues los cubos de basura de ciertos puntos estratégicos siempre están a rebosar, pero sí mueren de asco, dejadez y olvido. Hoy se destruye todo símbolo del comunismo. Los que lo calificaron de imperio del mal tenían razón.Y otra vez la memoria del hombre vuelve a fallarnos y esos duendes desconocidos que nos guían nos quieren hacer retroceder 74 años en nuestra historia y de un plumazo anular a nuestros muertos. Todo sistema dictatorial ha demostrado ser cruel y sangriento, pero yo me pregunto si la ideología del comunismo se fraguó, luchó y consiguió para terminar en manos de unos cuantos déspotas, o bien fue necesario aplicarla por un hombre digno a un pueblo valiente pero saqueado y aplastado por sus políticos de entonces. Toda radicalización es visceral; por tanto, peligrosa, y deberíamos conseguir arrinconarla. La doctrina política que preconiza el gobierno del pueblo por el pueblo mismo demuestra ser válida, pero también difícil de obtener, pues no olvidemos que el partido político que llevó a Hitler al poder fue en su día elegido democráticamente. Pienso que los acontecimientos que vivimos en estos últimos días llevan la velocidad de la luz. Hemos de darnos un respiro, y no debemos olvidar que toda idea política puede ser válida, hasta que (cierta clase de políticos) la lleven a la práctica.
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