Coloretes de sangre
Mucha imaginación en la primera escuela de maquillaje de efectos especiales
Un brochazo de colorete no se da siempre para mejorar un rostro. Un dedo cortado, una cara cosida a balazos o un brazo carbonizado pueden ser también el resultado de una sesión de maquillaje. Amador Rahek, creador de efectos especiales y muñecos, ha montado, junto a la actriz Ana Crespo y el fotógrafo Francisco Higueras, una escuela especializada en realizar este tipo de caracterizaciones. Zombies y monstruos son la pasión de los alumnos que asisten a estas clases con el fin de aprender a materializar lo que han visto en comics y películas.
Pedro Raúl de Diego y Javier Guinduláin son dos de los cinco alumnos que tiene la escuela, que abrió sus puertas hace cuatro meses en la calle de la Montera. "Siempre he dibujado monstruos y bichos raros. Me basaba en libros sobre efectos especiales y comics", dice Pedro Raúl, de 19 años. "He experimentado maquillando a mi padre de hombre lobo y a mi hermano de monstruo y zombie".Su compañero, Javier, de 24 años, siempre soñó con poder fabricar muñecos como los de los comics. "Yo trabajo en una agencia de seguros, pero me gustaría poder dedicarme a esto", dice Javier, que sigue con atención las pautas del profesor Amador Rahek.
Cortar las piernas
Rahek, que cumplió 26 años en abril, recuerda cómo a los 16 seguía jugando con los muñecos madelman: "Mi madre trabajaba en una juguetería. Yo tenía muchísimos muñecos. Los maquillaba, les cortaba las piernas y los brazos y se los fabricaba desangrados", dice. "No he podido estudiar en ninguna escuela de efectos especiales de Inglaterra o Estados Unidos, así que he aprendido de los libros, sacando ideas de las fotos, investigando y experimentando", y añade: "Hemos montado esta escuela para que se formen especialistas en España".Algodón, glicerina roja, pinceles, arcilla, escayola, cremas, silicona, látex, palillos, plastilina y pinturas son algunos de los materiales que utiliza Rahek, de origen filipino y checoslovaco. "Vale cualquier material. Hay que ver si resulta", dice, orgulloso de ser un autodidacta. "Para ser bueno hay que tener mucha imaginación y ser muy manitas". Ana Crespo, que estudió caracterización en la Escuela de Arte Dramático, es el rostro sobre el que Rahek prueba sus inventos, y el otro socio, Francisco Higueras, fotografía los resultados.
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