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Conciertos en la región

Mientras en el, Palacio de Festivales se suceden con éxito las actuaciones del Ballet de la Región de Murcia, que dirige Merche Esmeralda, y la multitudinaria gran sesión de jazz como tributo a Billie Holliday y Teddy Wilson, los pueblos, villas y lugares histórico-artísticos de Cantabria se pueblan de gran música bien programada e interpretada. Es éste, sin duda, uno de los más significativos aspectos del FIS desde que lo rige José Luis Ocejo, porque es extensivo sin populismo y democratizador sin concepciones.En el palacio de Sobrellano, que construyera en Comillas para el marqués el arquitecto catalán Domenech y Muntaner, el célebre autor del Palau de la Música dé Barcelona, el cuarteto polaco Wilanow, ha dado una lección de música de cámara en la quejunto a páginas maestras de Haydn, Mozart y Dvorak estrenó el Cuarteto número 1 del sevillano Manuel Castillo, miembro destacado de la generación de Cristobal Halfter y Luis de Pablo, nacido, como ellos, en 1930.

La obra, escrita por encargo del festival, marca, quizá, la cima de toda la amplia producción camerística de Castillo, dentro de un lenguaje independiente, moÍderno y sin filiaciones de tendencia ni en lo ideológico ni en los procedimientos. Sobre la excelente traza cuartetística de sus tres movimientos, Castillo se muestra intensamente expresivo, de modo particular en el transido y emocionante Adagio, en el que, sin tics romanticistas, vuelca muchas vivencias interiores puestas en orden de discurso artístico.

El primer cuarteto de Manuel Castillo es, para mí, una de las m ás a Itas consecuciones de la música de cámara española contemporánea, y creo no equivocarme al pronosticarle larga perdurabilidad en el repertorio.

El cuarteto Wilanow (que toma nombre del palacio en el que residió el rey Jan Sovieski), hizo un estreno perfecto. Incluso parecía no tener carácter de tal, pues recibíamos la impresión de que antes mismo de su primera audición mundial los instrumentistas polacos lo habían desentrañado, asumido e incorporado a su extenso y exigente repertorio. El público ovacionó durante mucho rato tanto a la obra como a sus intérpretes en esta noche de altísima música.

Emoción

Otra emoción y análoga calidad tuvo el gregoriano de la Schola de Brujas, que dirige el organista y maestro de capilla en la catedral de la llamada Venecia del Norte, Roger Deruwe. Los cantos propios del tiempo de Pascua y de Pasión -Introltos, himnos, antífonas, aleluyas- fueron expuestos por los cantores flamencos con máxima pureza, siguiendo la línea estilística y conceptual de Solesmes, cuyo rigor, bondad de formas expresivas y elevación llevan a un límite máximo de humanidad y nitidez.El santuario de la Bien Aparecida, que celebra, dentro del FIS, su 21, ciclo estival de música coral y organística, nos reservó otra insólita y hermosa jornada.: la dedicada a la música para órgano de Mozart, quien, sobre tañer el instrumento desde mucha.cho, escribió para él en diversos periodos de su existencia y con diversos Fines, del mismo modo que lo hizo para los denomina.dos órganos mecánicos, con temática y maneras que a veces tran a nuestra memoria las deflclas de Papageno en. La flauta mágica. En otros casos Mozart practica el coral o el contrapuntismo fugado a lo Juan Sebastian Bach.

Fue intérprete del conclerto Michel Mllhéres, de Bayona, organista en Santa Eug9nia de Biarritz y premiado en Avila el año 1977. Mllhéres hizo gala de dominio, imaginación y buen estilo en su ejecución, con lo que este olvidado rincón de la obra rnozartiana llegó a todos con suprema claridad.

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