_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El sopapo invisible

Cuando era pequeño y me preguntaban qué quería ser de mayor, siempre contestaba que deseaba ser invisible.Desde entonces, todos mis sueños se basaban en divertidas peripecias en las que un ser invisible besaba a las chicas sin que éstas se apercibieran, o cometía pequeñas barrabasadas con sus compañeras de clase.

Conforme fui creciendo cmpecé a notar un cambio brusco en mi personalidad e inventé el sopapo invisible.

Mis actuaciones ya no eran benefactoras como antaño, ya que tenían un claro matiz educativo y a la vez vengativo.

Si veía tirar papeles, gritar sin mesura, romper farolas o litronas, orinarse en las fachadas, mi otro yo no se podía contener y arreaba al sujeto un tremendo sopapo invisible. La sonoridad del sopapo iba in crescendo según el delito cometido, y el baremo que yo había fijado me parecía justo y equitativo.

Si se trataba de una fogata prohibida, solían recibir el castigo tanto el ejecutor como el resto de los consentidores, y este correctivo no cesaba hasta que se apagaba la hoguera.

No sabe usted, señor direc

Pasa a la página siguiente

Viene de la página anterior

tor, lo gratificantes que resultan estos sopapos invisbles y el efecto que producen, ya que el que los recibe se cura de estupor y no vuelve a reincidir.

Creo, señor director, que, gracias al trabajo que estoy desarrollando, dentro de escasos meses tendremos una ciudad limpia de papeles y orines, silenciosa, en la que se respete el sueño de los demás, desaparezca el listillo de turno que se salta las colas y semáforos y el potencial incendiario. Sin embargo, estoy preocupado, señor director, porque ya no utilizo mi preciado don de invisibilidad para besar a mis compañeras de oficina.

He caído en las redes del sopapo invisible, que es enormemente excitante y no sé si alguna vez lograré dominar mi doble personalidad sin padecer un peligroso síndrome de abstinencia-

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_