Ser homosexual en Francia

La primera ministra francesa, Edith Cresson, declara que prefiere la heterosexualidad a la homosexualidad, que considera marginal.Si la homosexualidad sigue siendo marginal en Francia es porque tenemos que vivir clan destinamente, como si fuésemos malhechores, por ende. En la oficina, por ejemplo, tenemos que callarnos si alguien se burla de los maricones, aunque nos duela mucho oír tales insultos. Claro que ni siquiera podemos protestar, porque nos pueden despedir enseguida al enterarse de que somos también homosexuales.

Si en nuestra calle se enteran por casualidad de que somos homosexuales, nuestros vecinos ya no nos saludan, y nos miran con mucho desprecio. Cueste lo que cueste, tenemos que esconder cada día nuestros sentimientos más íntimos, para que nadie sepa que somos homosexuales. A pesar nuestro, tenemos que aprender también a mentir a nuestros queridos familiares. Tal como lo escribió el escritor Marcel Proust, "somos hijos sin madre, a quien nos vemos obligados a mentir durante toda la vida, y aun a la hora de cerrarle los ojos".

Todo bien considerado, es inútil mancillar a las lesbianas y

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los homosexuales, pues la Organización Mundial de la Salud borró de su nomenclatura de patologías la homosexualidad, así como el transexualismo, hace ya varios años- Jacques Bougnon.