Nada por aquí, nada por allá
La Bolsa española ha vuelto a abrir la semana bajo el signo de la indefinición, aunque al cierre las cosas se arreglaron lo suficiente como para que el índice diera una versión muy diferente del mercado. El temor a una subida de los tipos de interés en la próxima subasta de las Letras del Tesoro a un año ha paralizado, aún más si cabe, a la inversión en renta variable, con lo que el mercado ha ofrecido un ambiente apagado que obliga a mantener la guardia alta.Wall Street tampoco consigue definirse tras la publicación del dato del PIB, que ha demostrado que es pronto para las alegrías y que todo es posible en un mercado cuyos precios se. encuentran demasiado lejos de la situación de la economía real.
El índice madrileño se mantuvo durante toda la mañana en un precario equilibrio entre papel y dinero, sin que ninguna de las dos posiciones consiguiera inclinar la balanza en su beneficio. Tuvo que ser a media tarde, cuando las instituciones hacen juegos malabares con unas cuantas órdenes de compra, cuando las cosas cambiaron lo suficiente como para que los datos oficiales dieran la sensación de que aquí no pasa nada. Una nueva subida de 1,54 puntos es el resultado del desigual enfrentamiento entre instituciones y mercado.