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TOUR DE FRANCIA 1991

Induráin: "Se acerca la victoria"

Miguel Induráin recibió el abrazo y la felicitación del golfista Severiano Ballesteros en el podio de Alpe d'Huez en el mismo instante en que Greg LeMond, recién llegado, la emprendía a manotazos con unos fotógrafos que pretendían plasmar su torturado rostro. El detalle selló una jornada que para Induráin, como reconoció, puede resultar decisiva: "Se acerca la victoria. Pero aún quedan dos etapas decisivas, la de mañana [por hoy], muy dura, y la contrarreloj. El trabajo no está acabado".

VICENTE JIMÉNEZ ENVIADO ESPECIAL, Induráin volvió a refugiarse en la serenidad, como en Val Louron, tras su soberbia exhibición de fortaleza: "Ahora tenemos que defendernos. Ya ha habido demasiados ataques". El líder recordó lo sucedido en la segunda etapa pirenaica, la que le dio el jersey amarillo: "Aquel día me jugué el Tour y me salió bien. Podía haber sido todo lo contrario porque he tenido muchos momentos difíciles. El de Jaca, por ejemplo, o el de Gap, que nos obligó a trabajar cuando nadie esperaba que podía armarse tanto lío en un puerto de cuarta categoría. Por suerte, todo nos ha salido bien".El navarro elogió la labor de su equipo, razón por la que afronta la carrera con mucha tranquilidad: "Cuando se trabaja tan bien como hoy y las fuerzas no fallan, es fácil estar ahí, controlando. Bugno es nuestro principal peligro. Lo ha intentado. Pero he aguantado sus ataques". Jean François Bernard, uno de los tres franceses del Banesto, mereció mención especial: "Ha estado perfecto, ya que no sólo ha mantenido un ritmo muy alto, sino que también me ha ayudado a seguir sin agobios a Bugno".

Pese a todo, Induráin advirtió que la etapa no había sido tan fácil como mostró su desenlace: "El ritmo ha sido muy rápido y, después del esfuerzo anterior, tenía miedo a quedarme sin equipo. Luego, la subida a Alpe d'Huez ha comenzado muy fuerte, con los Carrera tirando a tope. En esos momentos, uno nunca sabe cómo va a llegar a la cumbre".

Los últimos kilómetros

Explicó así los últimos kilómetros de la ascensión: "Bugno me pidió relevos para distanciar a los demás, pero yo preferí no darlos hasta llegar a los tres últimos kilómetros, los más suaves. Hasta entonces sólo me interesaba seguir a su rueda. El trabajo ha sido bueno porque no hemos perdido terreno con respecto a él y hemos sacado algo a los demás". Al cabo, renunció a la victoria: "Le dejé ganar porque había hecho un trabajo formidable y merecía una alegría así. A mí lo único que me interesaba era no perder tiempo".

Ajeno a la euforia, reconoció estar cansado: "El cansancio mitiga los nervios. Es la mejor medicina. No te deja pensar en lo que queda".

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