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El pastel de Bosnia-Herzegovina

La república es un plato codiciado por serbios y croatas

ENVIADO ESPECIAL La República de Bosnia-Herzegovina representa un verdadero símbolo para Yugoslavia. Construida principalmente por tres nacionalidades -croatas, serbios y musulmanes-, ha sido sacudida a lo largo de la historia por terribles violencias interétnicas. La república es una pieza apetitosa para las aspiraciones expansionistas de los actuales gobernantes de Belgrado y Zagreb, que pretenden repartirse el territorio sumando al conflicto a la población mayoritaria musulmana.

Serbios, croatas y musulmanes han convivido pacíficamente durante años, como lo demuestra el hecho de que en Sarajevo, capital de Bosnia, las iglesias ortodoxas y católicas se levantan junto a las mezquitas. Los musulmanes tienen su universidad islámica, sus centros culturales y religiosos. El presidente de la república, Alja Izetbegovic, es musulmán.

Tras la muerte de Tito, el presidente serbio, Slobodan Milosevic, empezó a agitar la bandera del nacionalismo: los serbios de aquí comenzaron a proclamar que querían vivir en una sola nación. Al mismo tiempo, el presidente de Croacia, Franjo Tudjman, no oculta su ambición de reagrupar al pueblo croata en una sola patria. Ambos objetivos (la edificación de una gran Serbía y una gran Croacia) amenazan el futuro de Bosnia-Herzegovina y colocan en una diricil posición al pueblo musulmán, representado por dos partidos. El Partido de Acción Democrática (SDA), del presidente lzetbegovíc, es de orientación religiosa y algunos de sus miembros están a favor de un partido musulmán para el conjunto de Yugoslavia. La Organización Musulmana Bosnia (OMB), en la oposición, es una escisión del SDA que se define como un grupo nacional laico. Su máximo líder es Adil Zulfikarpasic, ex guerrillero que combatió junto a Tito y que posteriormente vivió largo tiempo exiliado en Suiza.

Ambas organizaciones se quejan de que los musulmanes no tienen identificación como nación en la medida en que carecen de un Estado que proteja sus derechos. Probablemente por razones tácticas no plantean abiertamente la necesidad de crear un Estado musulmán, aunque en sus documentos internos se dibuja este objetivo ante una eventual disgregación de Bosnia-Herzegovina.

En el terreno militar los dirigentes musulmanes declaran estar en inferioridad de condiciones frente a serbios y croatas. Aunque es una incógnita el nivel de los arsenales existentes en los pueblos musulmanes, diversas informaciones indican que están llegando numerosas armas a través de las fronteras débilmente controladas por el Ejército yugoslavo. Un periodista de Sarajevo asegura que el líder musulmán Zulfikarpasic, conocido por su gran poder económico, mantiene buenos contactos con suministradores de material militar. "Los musulmanes están en condiciones de armarse en muy poco tiempo", afirma.

La semana pasada ya se registraron incidentes armados en Nevesinje y Gacko, localidades en el corazón de Herzegovina, adonde se llega a través de una carretera que sale de la capital Mostar (de mayoría croata). En la zona la población serbia ocupa un enclave que se halla rodeado al este por una región croata y al norte por otra musulmana.

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