Fariseísmo

¿Milita el Dios de la cristiandad en las filas derechistas? Se le ocurre esta curiosa pregunta a quien esto escribe tras observar en las pasadas elecciones, con cierto asombro, que la mayoría de los curas, monjas y cuantos habitualmente vagan alrededor de su santa madre Iglesia acudían a votar casi en masa a favor de dicha formación política.Esta innegable realidad pone claramente de manifiesto que el numeroso colectivo nombrado, así como sus más allegados, tienen formado en su mente el codicioso concepto de un Dios personal, hecho a medida de sus particulares deseos. Lo cual significa la negación total del Dios de la justicia distributiva. Este artificioso modo de entender la religión ya se daba en la antigüedad. En tiempos de Jesucristo recibía el nombre de fariseísmo.

Y no se habla a tontas y a locas, sino con las Sagradas Escrituras en la mano. Jesús de Nazaret nos retrata de cuerpo entero en el Nuevo Testamento al hipócrita personaje que se menciona.

Ni tampoco se hace aquí uso de palabrería vacía, puesto que es el mismo Jesús quien previene

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a sus discípulos contra los fariseos con la evangélica frase de: ¡Por sus frutos los conoceréis!".

Claro que se les conoce. El fariseísmo se compone de una casta ávida de dominación y poder, cuya estrategia para conseguir sus inconfesables fines consiste en poner a Dios por mampara. Tanto el fariseo de antaño como el actual han falseado al Dios bíblico sin el menor escrúpulo. La idea de un Dios propicio a escuchar las súplicas de quien pide la bendición de sus intereses y la ruina del adversario es una vil patraña farisaica.

Y fariseísmo del más vergonzante ha sido el que ha promovido el clero español en las pasadas elecciones-