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Tarancón, sorprendido por la rapidez de la beatificación del fundador del Opus Dei

Francesc Valls

El cardenal Vicente Enrique y Tarancón expresó ayer en El Escorial su sorpresa por "la rapidez inusitada" con que se ha abierto paso en Roma el camino hacia la santidad de José María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei. "No estamos acostumbrados a ver tanta celeridad en otras causas de beatificación, como la de Juan XXIII".

El cardenal Tarancón, presidente de la Conferencia Episcopal Española durante la transición política, dijo: "Eso en España, por el pasado, puede producir, no digo que escándalo, pero sí quiza extrañeza", pero añadió que no había motivo para escandalizarse, "porque, nos guste o no nos guste a algunos, es un medio abierto a la Iglesia".Tarancón, que participa en un seminario de la Universidad Complutense sobre Iglesia y democracia, aseguró que la causa de beatificación del fundador del Opus Dei, cumple todos los requisitos, incluida la milagrosa curación de una monja. "Yo no estoy en el secreto del sumario, no sé cuáles son las razones que pueden llevar al Papa a elevar a Escrivá de Balaguer a modelo para los cristianos", subrayó el ex arzobispo de Madrid.

"El otro día me decía un cristiano un poco dolido que tenemos a un Juan XXIII adorado por todo el mundo, incluso los no creyentes, y su canonización, iniciada antes que la del fundador del Opus Dei, todavía está ahí", añadió.

El cardenal recordó dos cortas conversaciones que mantuvo con Escrivá, así como la calificación jurídica de prelatura que se le dio, "claro que un poco reducida", al Opus Dei El ex presidente del Episcopado, que correspondía de esta manera a las preguntas formuladas en conferencia de prensa, se reafirmó en sus declaraciones de anteayer (véase EL PAÍS de ayer), al decir que "las relaciones Iglesia-Gobiemo están creando un clima de crispación que no ha generado jerarquía eclesiástica, a la que, sin embargo, no debe faltarle lucidez".

"Creo que puedo disipar la duda de Felipe González de si la Iglesia es o no amante de la libertad", dijo Tarancón, quien añadió que, aunque la Iglesia haya parecido contraria a ella, "ahora no es así". El cardenal reconoció los distintos talantes entre el que dirigió la jerarquía eclesial en la transición política y el equipo del cual es presidente el cardenal Ángel Suquía.

Tarancón expresó nuevamente su desconfianza en los políticos de comunión diaria: "Pueden caer en el peligro de pedir que la jerarquía eclesial les firme un cheque en blanco, como sucedía durante el franquismo".

Enseñanza de la religión

Dentro de los problemas que enturbian las relaciones Iglesia-Gobierno está la polémica sobre el trato que la LOGSE da a la asignatura de religión. Tarancón cree que en esta negociación "los temas no se han llevado del todo bien, por una parte y por otra, ya que da la impresión de que la sociedad no ha tomado parte en ella". El cardenal dijo que negarle valor académico a la materia "es hacerla entrar por la puerta falsa o por la ventana en el sistema educativo, ya que si se degrada no sirve". "No me parece correcto que sea una maría", dijo.Tarancón añadió "el subconsciente nos traiciona al PSOE y a nosotros, los obispos. Sobre el PSOE, según el ex presidente del episcopado, pesa la tradición anticlerical, y sobre los prelados, algunos tics "dogmáticos". "Ese subconsciente pesa a la hora de la negociación y contribuye a crear cierta crispación".

El cardenal consideró que el proyecto socialista se está agotando, tiende al pragmatismo, y por ello se crean estas situaciones de especial tensión. Asimismo, expresó su preocupación por las declaraciones efectuadas recientemente por el Rey sobre la corrupción, palabras que el cardenal cree que no han sorprendido a nadie: "Ese diagnóstico se hace en cualquier mesa de café". Tarancón añadió que la corrupción no le causa ningún tipo de sorpresa, porque el hombre "es de barro". "Lo que me alarma es que se quiera tapar, eso es muy serio".

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