Política y pastoral

Una encíclica publicada para conmemorar y poner al día la Rerum novarum debía haberse propuesto, principalmente:1. Denunciar el grave retroceso de la situación de los trabajadores en las dos últimas décadas (paro, marginación, especulación, carencia de vivienda, etcétera), al compás de la degradación del sistema capitalista.

2. En relación a la crisis del sistema comunista, hacer un balance crítico justo de los aspectos positivos y los negativos que han caracterizado a este sistema en su fase tradicional, y al mismo tiempo saludar y estimular el actual proceso de reforma.

3. Hacer un llamamiento urgente a la reforma del sistema occidental, tanto en su contenido interno cuanto en su relación con el Tercer Mundo.

Ninguno de los tres análisis aparece en parte alguna de la encíclica. Del capitalismo se aceptan los aspectos positivos y se critican moderadamente algunos aspectos negativos (el consumismo). Pero cuestiones tan graves como el paro establecido, el tráfico de drogas, la intensa especulación de la vivienda en las ciudades, las bolsas de pobreza, o no se citan o se critican dulcemente o de pasada.

Contrariamente, en relación al comunismo, se condena el sistema sin apelación -además de considerarlo derrotado yfracasado-, no se acepta que haya tenido ningún aspecto positivo y se ignoran sus movimientos de reforma (eurocomunismo y perestroika).

Podemos decir, pues, que esta encíclica está más dictada por la pasión política que por la solicitud pastoral; que responde más a criterios primarios que a un análisis serio y documentado y que es más propia de un nacionalista polaco que de un pastor de una Iglesia universal.-