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Entrevista:

"Frente a la especulación de los ochenta, volveremos a una economía más real"

Victoria Carvajal

El influyente sociólogo estadounidense y teórico sobre tendencias económicas Daniel Bell cree que el Sistema Monetario Europeo (SME) ha sentado el precedente de la estabilidad cambiaría, que en los próximos diez años podría aplicarse a los tipos de cambio del dólar, yen y ecu. Este sistema "nos permitiría estabilizar los tipos de cambio y aproximarnos al valor real de la actividad económica de cada país, con unas paridades más ajustadas al poder de compra que a la especulación cambiaria".Los ochenta han sido para Bell una época de especulación que ha distorsionado los intercambios económicos. Cree que la diferencia entre la economía real (valor de los bienes y servicios) y la nominal (denominada en su moneda correspondiente) "ha sido un fenómeno peligroso durante los años ochenta" que ha distorsionado el valor real de las economías, cuya fortaleza o debilidad no se refleja en el valor de la moneda. 'Ta peseta estaba sobrevalorada con respecto al dólar, aunque ahora parece que se estabiliza". El profesor observa un acercamiento de los tipos de cambio a la paridad del poder de compra, "que se mantendrá en los próximos años".

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La otra productividad

Bell analiza con cierto escepticismo el proceso de unión económica y monetaria de Europa. Recuerda que desde que se sentaron las bases para el mismo en 1957, sólo en los últimos cinco años se ha acelerado el proceso de integración, "y la causa ha sido la amenaza comercial de Japón y de Estados Unidos".

La amenaza comercial

No obstante, el impulso inicial se ha visto frenado por los cambios en el escenario internacional. "Si Alemania no hubiera pagado tan cara la reunificación y no se viera tan intoxicada por la inestabilidad del Este, en este caso de Yugoslavia, habría presionado mucho más por la integración monetaría. Hasta entonces, Alemania era la más activa económicamente, y Francia, políticamente. Ahora no está tan claro".

La amenaza comercial japonesa, tan presente en los debates comunitarios, tenderá a diluirse en los próximos diez años, periodo en el que, según Bell, la expansión de la economía nipona se frenará para converger con el resto de las economías industrializadas. "Hay varias razones: las presiones comerciales desde Estados Unidos para que los japoneses consuman más, la caída del ahorro -Japón tiene la población más vieja del mundo que gasta lo ahorrado- y las divergencias en la política de exportación, que es el motor propulsor del desarrollo japonés".

Este nuevo escenario económico, con la presencia reforzada de Europa y la capacidad de presión de EE UU "podría provocar el resurgimiento del nacionalismo japonés". Bell considera que éste va a ser el problema real de fondo.

Sobre la recuperación de la economía estadounidense, que se encuentra en recesión desde hace un año, Daniel Bell se muestra pesimista. 'Ta reactivación está siendo más débil de lo que se había previsto". No obstante matiza que la economía estadounidense está compuesta por varias economías, d lferenciadas por sectores y regiones. El sustento económico del Suroeste ha sido el petróleo y el gas; en el Norte, las industrias manufactureras; en el interior, la agricultura, y en las dos costas, la alta tecnología. "Así que a lo largo de los años ha habido una recesión por rotación. Al principio de los ochenta, fueron los Estados productores de petróleo. Luego el sector agrícola, seguido por el manufacturero. Entrados los ochenta, fueron 16 Estados americanos, cuya fortaleza eran las industrias de alta tecnología y los servicios, los que mantuvieron la economía del país entero", dice Bell. "Ahora hemos sobrevivido gracias a que la depreciación el dólar ha impulsado las exportaciones y favorecido a sectores en crisis".

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