La CE elige la presión económica para impulsar la paz en Yugoslavia
La Comunidad Europea, en un intento de apagar el fuego yugoslavo y no favorecer únicamente a una de las partes, optó ayer por dejar en suspenso la ayuda económica al Gobierno federal y decretar un embargo en la venta de armas al país balcánico. La decisión será comunicada hoy a las autoridades de Belgrado por los ministros de Exteriores de la troika comunitaria (Luxemburgo, Holanda y Portugal), que asimismo verán a representantes de las repúblicas secesionistas de Croacia y Eslovenia.
España, Francia y el Reino Unido frenaron la pretensión alemana de que la CE amenazara al Ejército yugoslavo con reconocer la independencia de estas dos repúblicas si sus efectivos volvían a intervenir. Varios países expresaron su temor de que, en vez de constituir un elemento disuasorio, la amenaza sirviera para estimular enfrentamientos.
El comunicado final de la reunión extraordinaria mantenida ,ayer en La Haya por los responsables de las diplomacias de la CE evita, por vez primera, referirse expresamente al respeto de la integridad territorial de Yugoslavia. Tampoco se habla del derecho a la autodeterminación de los pueblos. En cambio, se hace referencia a Ios principios del Acta Final de Helsinki y de la Carta de París para una nueva Europa", que engloba esos y otros derechos.
El ministro francés Roland Dumas explicó la ambigüedad del comunicado basándose en que "determinados mensajes pueden contribuir a crear más tensión". El temor a que el reconocimiento de la independencia de Eslovenia y Croacia pueda acabar afectando negativamente al mapa de Europa se impuso frente a las pretensiones de la RFA, Dinamarca y Bélgica. "La CE sigue defendiendo que las fronteras son inviolables para no crear un foco de inestabilidad en Europa", dijo el ministro español Fernández Ordóñez.
Mientras tanto, en Eslovenia comenzó la desmovilización de las fuerzas de la Defensa Territorial, en respuesta a una de las exigencias planteadas en la noche del jueves por la presidencia colectiva de Yugoslavia, encabezada por el croata Stipe Mesic. La república alpina anunció además su disposición a negociar el control de las fronteras, ahora en sus manos, lo que, junto con la liberación de los prisioneros de guerra del Ejército y la desmovilización de tropas, sugiere un espíritu negociador en Liubliana. Centenares de reclutas del Ejército federal recuperaron su libertad y viajaron a sus pueblos de Serbia, Macedonia y Croacia con ayuda de la Cruz Roja.
El presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, señaló ayer en Kiev que los sucesos de Yugoslavia son una "advertencia" para los pueblos de la URSS.
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