Las noches del super-cross
Llega a España otro espectacular deporte americano
En los últimos tiempos España está importando deportes típicamente estadounidenses. Después de la NBA o del fútbol americano, llega el supercross. El organismo que ha apostado por este singular deporte ha sido el Moto Club Barajas. Durante todo el verano, el circuito Bradol, de Paracuellos del Jarama, muy cerca de Madrid, albergará cada sábado pruebas nocturnas de este deporte. Entre los pilotos contratados está el campeón del mundo de la especialidad, el estadounidense Mike Jones.
"Todas las noches abierto. Con luces, música, motos y marcha, mucha marcha". Ésta es la consigna publicitaria de lo que pretende ser un gran espectáculo en la noche madrileña: las noches de super-cross que se celebrarán en Paracuellos del Jarama durante todos los sábados de este verano. Entre los meses de julio, agosto y septiembre, pasarán por este circuito los grandes especialistas en la materia, tanto españoles como norteamericanos. En cuanto a la participación nacional destacan Luis López y Pablo Colominas, que han sido varias veces campeones de España. Pero el plato fuerte tendrá lugar los días 26 y 27 de julio con la llegada del campeón del mundo de la especialidad, el norteamericano Mike Jones, que se medirá a sus compatriotas David Hard y Jones McEIroy y a los campeones españoles.El super-cross es una especialidad motociclística que tiene una popularidad enorme en Estados Unidos. Este tipo de deporte ha llegado a atraer, en ocasiones, a más público que un partido de la NBA. El super-cross es muy similar al moto-cross, pero con una diferencia básica: la espectacularidad.
A diferencia del moto-cross este deporte se desarrolla en recintos cerrados, por lo que el espectador puede apreciar en vivo el más mínimo detalle. El binomio que componen piloto y moto crean un espectacular combinado de colorido que aumenta al dar las máquinas saltos de hasta 15 metros.
El circuito, que es de un tipo de arena especial que ni levanta polvo ni embarra, tiene una Iongitud aproximada de 500 metros. Esta distancia tardan en recorrerla los pilotos de 45 segundos a un minuto. Pero el principal escollo que deben sobrepasar la motos, que son de 250cc, es la extensa diversidad de obstáculos. Éstos se pueden dividir en tres: mesetas, que tienen 20 metros de distancia; rizados, constituidos por pequeños montículos con una pequeña distancia entre ellos; y, dobles o triples de montañas.
Muy agresivo
"Es el deporte más agresivo dentro del mundo de las motos", dice Manuel Johnston, americano afincado en Madrid que se encarga de todos los aspectos deportivos que rodean a estas competiciones. Johnston ha sido el encargado de transportar el super-cross de su país hasta España. "En EEUU se pagan precios astronómicos por ver este deporte", señala.Un condimento que sazona a todos los deportes típicamente norteamericanos es el riesgo. El super-cross transpira a grandes dosis este riesgo. "Al ser un circuito pequeño", comenta Johnston, "el peligro de colisiones es continuo durante toda la competición. Por eso los pilotos están más protegidos que en otras modalidades".
La idea de disputar las pruebas de noche también ha sido importada: "Lo que queremos es copiar lo más fielmente el modelo americano", dice el presidente del Moto Club Barajas, Francisco Galera. Con esta misma filosofía, los organizadores han querido ampliar las ofertas para los espectadores, con la idea de que el recinto se convierta en el lugar de moda para el verano.
"Hemos querido incorporar otro tipo de entretenimientos como bares, música o heladerías, que en EE UU van unidos a este deporte", indica José María Cervera, coordinador del Moto Club Barajas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.