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LA DESINTEGRACIÓN YUGOSLAVA

Tropas federales evacuan varios puestos fronterizos

Unidades del Ejército yugoslavo evacuaron ayer varios puestos fronterizos en los límites de Eslovenia con Austria e Italia, en lo que algunos interpretaron como el inicio de1a retirada de las tropas federales a sus cuarteles, tal y como anunció anoche la televisión eslovena. -El ministro de Información esloveno, Jelko Kacin, había declarado poco antes a los periodistas que representantes del Ejército federal y de la república secesionista negociaban la retirada a sus cuarteles de las tropas yugoslavas.

A última hora de la tarde las fuerzas militares federales se retiraron del puesto de Gorrija Radgona (en la frontera austríacoyugoslava), donde se hallaban bloqueadas desde hacía una semana por los combatientes de la Defensa Territorial eslovena. A bordo de carros blindados y de vehículos de transporte de tropas, las fuerzas yugoslavas se llevaron consigo sus armas y equipamento militar.El ejército yugoslavo abandonó, asimismo, otros puestos fronterizos con Italia que habían sido escenario de violentos combates. En el puesto de Fernetti los soldados desertaron presentándose a los guardafronteras italianos.

Por la mañana, el alto el fuego decretado por la república no había sido respetado en Eslovenia. Un convoy de carros de combate siguió su marcha hacia Gornja Radgona, encontrando resistencia por parte de la Defensa Territorial eslovena. Otra unidad acorazada, procedente de Croacia, avanzó hacia Ormoz, en Eslovenia. Varios objetivos civiles fueron destrozados en la batalla de Ormoz.

Por segundo día consecutivo, el sistema de telecomunicaciones en Kravavec fue ametrallado, "porque tenía el monopolio sobre la información", según afirmó el general Andreja Raseta, el número dos de la V Región Militar, que dirige las operaciones en Eslovenia.

Por la tarde, las batallas cesaron. "No sabemos cuáles son los 'Objetivos de los 180 tanques que salieron de Belgrado", precisó el portavoz del Gobierno esloveno, Jelko Kacin, horas antes de que el general Raseta anunciara en Zagreb que el fuego había cesado.

Unos 400 carros de-combate del Ejército federal permanecen bloqueados en Eslovenia, precisó el coronel Janez Slapar, de la Defensa Territorial eslovena. Prácticamente todas las carreteras principales en Eslovenia esta-ban cerradas al tránsito, bloqueando el posible avance de los carros de combate con las barricadas y las minas. Ayer, las Fuerzas Armadas yugoslavas establecieron durante varias horas un puente aéreo para suministrar a sus tropas medicamentos y alimentos, prometiendo no llevar arsenal bélico a bordo. Los hospitales civiles eslovenos están llenos de heridos, tanto de la Defensa Territorial como del Ejército federal. Los oficiales del cuartel Cuatro de Julio, en Liubliana, denuncian que los eslovenos no les permiten llevar a sus heridos a los hospitales militares."Nos incautaron cinco ambulancias", afirmó Iván Premuzic, encargado de los servicios sanitarios del cuartel, difundiendo así, como lo hace la prensa de Belgrado, versiones sobre la falta de humanitarismo de los eslovenos con los jóvenes reclutas.Por otra parte, los intelectuales de Eslovenia, entre ellos la Asociación de Escritores, bombardean,con cartas a todo el mundo, incluidas las repúblicas yugoslavas, reiterando su. crítica a la agresión militar a Eslovenia y subrayando que los reclutas de 18 años de todas las repúblicas son tan sólo las víctimas de una política. "Me dan mucha tristeza estos niños", dice Anja, secretaria de la Asociación de Escritores, e irrumpe en lágrimas.

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Iván, tanquista de 18 años, de Belgrado, no tuvo la valentía de decir a un periodista yugoslavo que no quería estar en la frontera con Italia, "porque el comandante podría oír". Sólo pidió un favor: "Llama a mi novia y dile que. la quiero". Iván, como la mayoría de los soldados, no tiene acceso a la información y a las comunicaciones.

Las tragedias humanas de esta guerra absurda son numerosas. Los padres del recluta esloveno GoíJan Meteja lloraban ayer frente al cuartel Cuatro de Julio. La madre exigía ver a su hijo. No sabían dónde estaba, pero le aseguraban que seguía vivo.

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