Tudjman dice que Markovic ya sólo es un gestor de la quiebra del país
"Markovic debe abandonar sus ilusiones de una Yugoslavia unida y democrática. Debe darse cuenta de que ya no es más que el mero gestor de la quiebra de Yugoslavia". Estas palabras del presidente croata, Franjo Tudjman, referentes al primer ministro federal, Ante Markovic, son sólo una muestra más de la situación en que han quedado las dos únicas instituciones federales aún existentes, el Ejército y el Gobierno, después de su "aventura disciplinaria" contra Eslovenia. Esta ha causado, según un balance provisional esloveno, 63 muertos y más de 150 heridos.Markovic ha reconocido que no fue informado sobre las dimensiones reales de la operación miIitar, que él asegura haber ordenado como mera ocupación de puestos fronterizos. También se enteró casi "por los periódicos" de que el Estado Mayor había ordenado la movilización de reservistas en Serbia.
Markovic fue nombrado, al igual que los miembros del Alto Estado Mayor del Ejército, por la ya extinta Liga de los Comunistas (LCY). Pero los mandos del Ejército, ese último bastión comunista, tienen al menos quién les obedezca. El Ejército yugoslavo ha sobrevivido al régimen para cuya defensa fue creado. Por ello su tarea ha quedado reducida a defender su propia supervivencia. Sin medios ya siquiera para alimentar a la tropa, intenta a toda costa mantener su influencia política para ejercer la suficiente presión que garantice el cobro de las pensiones y los salarios y los privilegios de su casta.
Hoy los viejos generales sufren con la tragedia personal del desmoronamiento de la ideología a la que dedicaron su vida, el temor de compartir la miseria del jubilado en este país. Son casi los últimos yugoslavos, dogmáticos comunistas. Los oficiales y suboficiales, en su mayoría serbios y montenegrinos, ya otorgan su lealtad a Milosevic y al radicalismo serbio antidemocrático.
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