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Los científicos temen que se produzca una erupción aún más violenta del Pinatubo

Un total de 137 personas han muerto a causa de la erupción del volcán Pinatubo en Filipinas, según cifras provisionales de la Cruz Roja en Manila. El volcán, situado a 80 kilómetros de la capital filipina, entró en erupción espectacularmente el pasado 10 de junio tras 600 años de inactividad. El hecho de que los vulcanólogos hayan llegado a conseguir predecir a partir de diversos signos la erupción de un volcán permitió, en el caso de Pinatubo, desalojar a 15.000 habitantes de la cercana base aérea estadounidense de Clark, aunque una semana después nadie se atreve a asegurar que lo peor ha pasado ya.

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Los geofísicos pueden hoy día predecir con notable precisión las erupciones de los volcanes. Lo que aún no pueden es determinar las características específicas de la erupción ni cuál será su capacidad destructiva. La crisis del Pinatubo, en Filipinas, es una buena muestra de esta situación: la mayor parte de los residentes en la base militar de Clark fue evacuada dos días antes de la erupción del miércoles pasado gracias a las previsiones de los expertos, pero una semana después nadie se atreve a asegurar que lo peor haya pasado ya.Al éxodo masivo de la población -hacia Manila y otras ciudades filipinas en busca de alimento y cuidados- se ha sumado ayer el desalojo total de las dos bases estadounidenses más importantes de Asia, la aérea de Clark y la naval de Subic, que probablemente nunca volverán a usarse.

Julio Mezcua, subdirector general del Instituto Geográfico Nacional, considera que "en vulcanología se está mucho más cerca de llegar a buenas soluciones que en sismografía, por ejemplo". Explica que no existe una pauta general aplicable en todas las ocasiones, pero sí se conoce una serie de comportamientos que permiten prever casi siempre la erupción. El incremento de pequeños temblores en una zona volcánica seguido de un parón en los movimientos es síntoma de próxima actividad. "No siempre se produce la erupción, pero siempre que hay una, anteriormente ha habido una variación de la sismicidad", precisa.

Un método caro

Un segundo cambio detectable es el del campo magnético. La aproximación hacia la superficie del magma -las rocas fundidas procedentes de las profundidades de la Tierra- genera una focalización del campo magnético terrestre detectable con los instrumentos adecuados.Otro sistema que permite prever las erupciones es el de las nivelaciones de alta precisión en las laderas del volcán. La presión del magma en ascenso abomba literalmente la superficie, cuyo nivel puede elevarse 30, 40 o 50 centímetros en un breve periodo de dos o tres meses. "Este método es muy caro y se utiliza cuando ya se ha detectado la posibilidad de erupción por otros mecanismos", 4afirma Mezcua.

El volcán Pinatubo empezó a dar sefiales de vida hace 10 semanas, y en un solo día de abril se registraron 135 temblores superficiales. Era el tipo de seismos que no son causados por fracturas de rocas, sino por las vibraciones que genera el magma en su recorrido hacia la superficie. Ese mismo mes fue ya enviado un equipo de la Inspección Geológica de Estados Unidos equipado con una red sísmica de campaña, instrumentos para medir las variaciones de forma de la ladera y ordenadores portátiles para procesar los datos.

El seguimiento sistemático de la actividad del volcán por parte de científicos filipinos y norteamericanos permitió dar la alarma cuando la erupción era inminente. Asimismo, las características del propio volcán permitían prever que el magma iba a brotar de forma violenta hacia el exterior, como así sucedió con las seis tremendas explosiones del miércoles pasado, que arrojaron humo y cenizas a 10.000 metros de altura. Lo que sigue manteniendo en vilo a los expertos es la posibilidad de que el volcán genere nubes candentes, nombre que reciben unas auténticas avalanchas de gases y partículas sólidas en suspensión, que alcanzan temperaturas de 700 u 800 grados y que se deslizan por las laderas aniquilando todo tipo de vida.

Tanto Rusell Blong, de la Universidad Macquarie, en Sidney, como Mezcua afirman que la crisis del Pinatubo y la del volcán Unzen, al sur de Japón, no están relacionadas.

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