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Cuevas cree que el plan de competitividad es más necesario que los Pactos de la Moncloa

El presidente de la patronal CEOE, José María Cuevas, está convencido de que el plan de competitividad es, cualitativamente, más necesario que los acuerdos firmados durante la transición -Pactos de la Moncloa yAcuerdo Nacional de Empleo-. Por ello, los empresarios piden que, aunque no haya consenso, el Gobierno adopte las medidas necesarias para ser competitivos en el mercado único. El ministro de Trabajo, Luis Martínez Noval, afirmó que el Gobierno está dispuesto a sacar adelante el pacto, aunque una de las tres partes lo rechace.

Los dirigentes de la patronal han terminado su documento alternativo al plan de competitividad nada más conocer la propuesta del Gobierno. Como prueba de que la iniciativa del Ejecutivo socialista les parece "necesaria y oportuna" ayer mismo se reunieron con el ministro de Economía, Carlos Solchaga, para entregarle el texto que unas horas antes había aprobado su comité ejecutivo. Se trata de "una reflexión amplia y no una propuesta negociadora", según el vicepresidente de CEOE, Arturo Gil.Arturo Gil coincide con José María Cuevas -y los dos con Solchaga- en que el pacto es necesario por el momento histórico actual. Similar en su criterio a los años del inicio de la democracia. Cuevas acepta que no se trata de una situación de emergencia pero sí "de transición" para poder afrontar el reto del mercado único de 1993. Incluso cree conveniente que el plan de competitividad se adopte con el consenso de todas las fuerzas políticas y sociales, tal como ocurrió cuando se produjo la integración de España en la CE.

Sin embargo los dirigentes empresariales centraron ayer sus críticas en el rechazo de los sindicatos al plan del Gobierno y no quisieron analizar el rechazo del Partido Popular. Cuevas se limitó a afirmar que "el PP tiene su programa y su modelo y yo no tengo que obedecer ninguna disciplina de partido, afirmación que no pueden hacer algunos dirigentes sindicales".

El presidente de CEOE percibe "análisis esquizofrénicos" en los responsables de UGT y CC OO. La razón argumentada es que en el seno de la Confederación Europea de Sindicatos están presionando para que se abra un proceso de negociación con la Comisión Europea y la patronal comunitaria UNICE.

Aunque no haya pacto, Arturo Gil estima que no debe demorarse la toma de decisiones. La. mayoría de sus propuestas en materia de inversiones y de fiscalidad están pensadas para ser aplicadas con pacto o sin él. Un acuerdo que Cuevas cree debería ser "tripartito y cerrado".

Por su parte, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Luis Martínez Noval, insinuó ayer ante un grupo de periodistas que el Gobierno está dispuesto a llegar a un pacto bipartito con la patronal si los sindicatos no quieren participar, según informa Servimedia. "El Gobierno", dijo, "es firme en sacar adelante el acuerdo" y lo hará aunque una de las partes lo rechace.

La parte más polémica para CEOE del plan del Gobierno es la referida a la contención de los beneficios empresariales. No obstante aseguran que desean abrir un debate y en breve harán público un dossier con el aumento de los excedentes en los últimos años y cómo se han distribuido. Cuevas afirma que "la distribución de los beneficios ha estado siempre por debajo de los aumentos salariales".

En el terreno de los "principios" la CEOE no admite ningún control, pero por razones de "oportunidad" está dispuesta a aceptar que, con carácter voluntario, las empresas limiten el reparto de dividendos y el resto tenga incentivos fiscales si van a reiversión o nuevas inversiones en capital fijo.

Lo que cuesta cada trabajador a su empresa

El documento que la confederación empresarial entregó ayer al ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, contiene una recopilación de datos en los que la patronal expone lo caro que le cuesta cada trabajador al empresario. Es lo que ha bautizado como "la brecha fiscal".Toma como ejemplo un titulado superior, casado, con dos hijos y perteneciente al grupo 1 del régimen general de la Seguridad Social.

Ese trabajador tiene un coste total anual para la empresa de 5.169.626 pesetas, mientras que el asalariado se lleva a casa como sueldo líquido 2.895.675 pesetas. El resto, es decir "la brecha fiscal", supone 2.273.951 pesetas que el trabajador ve solamente reflejadas en su nómina, pero no en su bolsillo. Una diferencia que en opinión de la CEOE debería corregirse si se quiere mejorar la competitividad de las empresas españolas.

De esos más de cinco millones de pesetas, el sueldo bruto son cuatro millones de pesetas redondos y la aportación de la empresa para coberturas sociales asciende a 1.169.626 pesetas. De esa cantidad, 881.626 pesetas es la cotización empresarial a la Seguridad Social, 208.000 la cuota por desempleo, 16.000 van al fondo de garantía salarial (FOGASA), 40.000 es la aportación para accidentes de trabajo y las 24.000 pesetas restantes la contribución destinada a la formación profesional.

La diferencia entre el sueldo bruto -4.000.000 pesetas- y el sueldo líquido del trabajador tomado como ejemplo -2.895.675 pesetas- es de 1.104.325 que se destina a deducciones y retenciones. La aportación de ese asalariado a la Seguridad Social es de 176.325 pesetas, 44.000 la destinada a desempleo, 4.000 para formación profesional y las 880.000 pesetas restantes las retenciones a cuenta del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.

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