El Barcelona hizo juegos malabares con el Sevilla
El Barcelona hizo juegos malabares con el Sevilla y sentenció una eliminatoria que se había presentado dudosa ante el pobre juego desarrollado por los azulgrana tras proclamarse campeones de Liga. El Sevilla fue el vivo retrato de su resultado en la competición. Un equipo de segunda fila, sin positivos ni morbo de descenso, y con una afición desencantada por las ilusiones creadas al comienzo de temporada.. La bronca que Johan Cruyff dió "individualizada" durante la semana surtió un efecto colectivo en sus jugadores. A los 12 minutos Bakero y Laudrup se habían encargado de silenciar la no muy nutrida grada del Sánchez Pizjuán con dos goles que ponían firma al juego del campeón.
Mientras eso sucedía, el Sevilla se perdía en la zona ancha del terreno de juego, donde el Barcelona daba toda una lección de geometría. Rombos, triángulos y trapecios eran configurados por los 10 jugadores de campo con la perfección y maestría de una decena de delineantes.
Zamorano, en jugada de Andrades, dio la opción de remontada a su equipo. El chileno se plantó ante Zubizarreta, que aún peca de ingenuo en ese tipo de salidas, sobre todo cuando el atacante toca primero el esférico y pierde la opción a recuperarlo. Salguero fue el encargado del lanzamiento del máximo castigo. Pero Zubizarreta revalidó con nota sobresaliente la que otrora era su asignatura pendiente. El guardameta se lanzó a su izquierda rechazando el disparo del capitán sevillista.
