Julia Roberts,
la estrella de Hollywood, ha dado en pocos días muestras de estar más segura de su carrera profesional que de su vida sentimental. Si hace poco proclamó que se casaba el próximo viernes con el actor Kiefer Sutherland, ayer, de forma súbita, anunciaba el aplazamiento de la boda. Al mismo tiempo, se conocía que la estrella cobrará unos 750 millones de pesetas por su próxima película, Los renegados. La ceremonia matrimonial prometía ser espectacular: Julia Roberts, de 23 años, y Sutherland, de 24, pensaban intencambiarse los anillos en el mismo estudio en el que se conocieron hace dos años cuando rodaban Flatliners. En la decisión del aplazamiento, que se ha tomado de mutuo acuerdo, según el portavoz de la protagonista de Pretty Woman, no ha influido la reciente enfermedad de Julia, que estuvo en mayo cinco días hospitalizada con gripe.
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