Por una siderurgia integral
Comisiones Obreras apoya, aunque con cautelas, la creación de un holding siderúrgico público a partir de Altos Hornos de Vizcaya y Ensidesa. Sin embargo, aún quedan por decider cuestiones como la política industrial, la financiera y las repercusiones laboralesd e la inegración de ambas empresas. El sindicato pide participación en la toma de las decisiones estratégicas.
Con el nombramiento de García Hermoso como presidente del holding siderúrgico que se constituye con una participación del 50% de Ensidesa y 50% de Altos Hornos de Vizcaya, el Ministerio de Industria inicia un camino largo tiempo anunciado y pospuesto, más por condicionantes políticos que industriales, hasta la fecha. La federación del metal de CC OO, no ahora, sino desde hace tiempo, viene reclamando la coordinación de las empresas. A ese objetivo conducía nuestra originaria propuesta de nacionalización efectiva de AHV, iniciativa que se remonta a la etapa previa a la reconversión siderúrgica.Posteriormente, y a raíz de las jornadas siderúrgicas celebradas en Bilbao en mayo de 1990, avanzamos en un debate alrededor del futuro de la industria del acero en la Europa comunitaria que nos lleva a insistir en la propuesta de nacionalización de la siderurgia vasca, máxime si tenemos presentes las fuertes inversiones públicas realizadas para su saneamiento y que, de hecho, esta empresa está controlada por el Banco de Crédito Industrial. Éste sería el primer paso para, como se señala en la resolución de la coordinadora de la siderúrgia integral de CC OO de 23 de agosto de 1990, "la constitución de un centro de decisión común para temas estratégicos, tales como nuevas inversiones, política internacional o redes de comercialización, con capacidad de ejecución".
Desde la federación insistíamos también "en la necesidad de creación de un órgano de discusión sobre la siderurgia que posibilite una ordenación real del sector". "Reclamamos para los sindicatos un papel positivo en la definición de las grandes líneas estratégicas de la política siderúrgica. El reconocimiento de nuestra capacidad de interlocución en los procesos de reconversión, cuando los objetivos han sido reducir capacidad y empleo, debe trasladarse a situaciones como la actual en las que las decisiones a tomar son positivas".
Modestamente nos parece, y de ello nos alegramos, que este paso del Miner, aunque tardío, se sitúa en la línea señalada hace largo tiempo por este sindicato.
Indefinición
Ahora bien, la indefinición actual en cuanto al proyecto estratégico, con el consiguiente desarrollo de los planes industriales, medidas financieras y repercusiones laborales si las hubiera, nos hace ser cautelosos. Hoy no estamos en condiciones de valorar en su totalidad el proyecto, dada la falta de concreción del mismo. Sí podemos avanzar que éste contará con el respaldo de CC OO siempre y cuando se realice una apuesta, desde un diseño industrial que mantenga el carácter integral de las empresas, manteniendo o mejorando la utilización de las capacidades de producción, a la vez que definiendo las inversiones necesarias para completar y mejorar la gama de productos y su calidad como elementos vitales para la defensa del empleo que generan los diferentes centros de trabajo.
Desde CC OO no podemos perder de vista que esta industria se asiente en zonas profundamente castigadas por la reconversión industrial en forma de destrucción de empleo industrial y en las que pocas o nulas iniciativas reindustrializadoras se han puesto en marcha. Cada empleo siderúrgico genera otros cinco de forma indirecta, por lo que cualquier actuación ha de tener esto muy presente.
Además de preparar el. plan estratégico, el Miner tiene que dar otro paso, y éste es la nacionalización de AHV. Paso que no se ha dado hasta ahora y tampoco se plantea en este momento exclusivamente por motivaciones de carácter político tales como el posible rechazo de esta medida por el Gobierno vasco y la propia posición del Gobierno del PSOE en cuanto al papel del sector público industrial en el que se sigue la pauta de las posiciones más ultraliberales que pretenden reducir el INI a la mínima expresión. Posición por cierto fortalecida a partir del último congreso del PSOE y tras la reciente crisis de Gobierno.
La siderurgia europea se ha venido preparando desde hace más de cinco años para la cita del mercado único. Hace años que el proceso de concentración para la formación de importantes grupos siderúrgicos es una realidad ya asentada.
Ilva, Thyssen, British, Usino-Sacilor son realidades industriales con las que tienen que competir las empresas españolas. Grupos pensados para aprovechar las economías de escala, hacer más rentables las inversiones en I+D, copar nuevos mercados con sus propias empresas distribuidoras tanto dentro como fuera de la Comunidad Europea. Todo ello cuando han desaparecido las cuotas siderúrgicas y las últimas barreras aduaneras están a punto de caer.
Como se puede comprobar fácilmente, la tendencia en Europa, en los últimos 10 años, es la de ir a la constitución de grandes grupos nacionales. En nuestra opinión, ésa es la apuesta a realizar también en España.
Todos han tomado posición conscientes de la creciente presentación en una Europa sin fronteras de productos siderúrgicos procedentes de los países de la Europa del Este, crecientes a medida que estabilizan su situación política y modernizan el aparato productivo. También de los países en vías de desarrollo, que compiten con los productos siderúrgicos comunitarios. Sirva de ejemplo la caída de precios que provoca la entrada en los mercados comunitarios, y particularmente en España, de productos siderúrgicos procedentes de Turquía que se desvían a estos mercados para compensar a este país por su posición en el conflicto del golfo Pérsico y teniendo en cuenta que era Irak el anterior destinatario de dichos productos. Otro factor a tener presente es el de la reducción de consumo de productos siderúrgicos en la Comunidad, y particularmente en España.
Menor consumo
El año 1990 ha sido de menor consumo de acero como consecuencia de la caída de la actividad económica; esto, unido a la entrada de productos siderúrgicos en los mercados tradicionales de nuestra industria procedentes de terceros países, ha provocado una importante caída de los precios. El efecto visible inmediato es que tanto Ensidesa como AHV han vuelto a tener pérdidas en este ejercicio.
Las expectativas para el año 1991 no son mejores; al mantenimiento de la caída de las ventas en el sector del automóvil previsibles al menos hasta el inicio del segundo semestre se añade la paulatina finalización de obras de gran consumo de acero ligadas a la Expo de Sevilla y a los Juegos Olímpicos de Barcelona. La tendencia indica una caída del consumo de acero en la industria del automóvil y en la construcción e ingeniería civil, y un incremento que no llega a compensar esa caída en la construcción eléctrica, construcción naval y fabricación mecánica.
En esta situación, mantenerse en los mercados pasa por definir una estrategia clara basada en la coordinación y en la actuación común de la siderúrgia española.
Entre Ensidesa y AHV alcanzan una capacidad de producción máxima de 7,7 millones de toneladas de acero y una facturación próxima a los 300.000 millones de pesetas. Cuentan con modernas cabeceras, pero están poco desarrolladas aguas abajo, aunque últimamente se han tomado decisiones en cuanto a nuevas inversiones que van a paliar en parte esa descompensación. La red de comercialización propia está poco desarrollada, y su capacidad de invertir en I+D y rentabilizar esas inversiones es limitada si se compara con la de otros fabricantes. Usinor-Sacilor es el resultado de la fusión de Usinor y Sacilor en 1986 por iniciativa del Gobierno francés. Integra el conjunto de actividades siderúrgicas. Cuenta con 60.000 trabajadores y supera los 19 millones de toneladas año de producción de acero, con una cifra de negocios que ya en 1988 superaba los 13.000 millones de dólares. Thyssen superó los 11 millones de toneladas; British, más de 14 millones; Ilva, 12, etcétera.
Los siderúrgicos europeos, durante la reconversión, han realizado importantes inversiones destinadas a alargar la empresa aguas abajo, incorporando productos de mayor valor añadido, al tiempo que han puesto a punto sus propias redes de comercialización.
Otro dato conviene retener; así como durante la reconversión se han producido cierres de instalaciones en la mayoría de los países, en el proceso de concentración, salvo en el caso de Ilva, no ha habido cierres. Se podían tomar otras decisiones, además de la de mantener la situación actual actuando cada empresa por separado, compitiendo en los mismos mercados sin capacidad de inversión en I+D. En nuestra opinión, y a tenor de la evolución del sector en Europa, los días de la siderurgia española estarían contados, y su caída se produciría por la pérdida progresiva de presencia en los mercados, incapaz de resistir el embate del resto de competidores.
La otra salida es la de la integración por separado en alguno de los grandes grupos siderúrgicos europeos o mundiales. Esta salida que alguien ha estado acariciando, sobre todo en Euskadi para AHV, conduce a una posición subsidiaria en la estrategia del grupo en cuestión, con los riesgos futuros dependiendo de los avatares de la coyuntura que ello comporta en lo industrial y, por extensión, en el empleo. Esto no quiere decir que tengan que descartarse posibles alianzas en el futuro. Antes al contrario, desde la actuación común, éstas parecen absolutamente necesarias.
Parece, por tanto, que el camino lógico a seguir si se quiere hacer una apuesta de futuro por la siderurgia integral, teniendo presente además el impacto que cualquier deterioro de la misma tiene sobre el empleo en zonas como Asturias, Bilbao o Sagunto, fuertemente afectadas por el impacto de la reconversión industrial, es aquel que lleva a la ordenación del sector en el ámbito público, con una única estrategia y un centro único de decisión en temas como la compra de materias primas, política de productos, red comercial, acuerdos internacionales, planes de inversión en I+D, etcétera.
Los planes que se elaboren no pueden partir de la potenciación de una empresa a base del deterioro de la otra. O, dicho de otra manera, Ensidesa no va a sobrevivir porque desaparezca AHV, ni a la inversa. De la suma de ambas, del aprovechamiento de sus potencialidades, mejorando la utilización de sus capacidades productivas desde una concepción global de las dos y, en consecuencia, maximizando el empleo, es de donde puede salir una siderurgia reforzada, capaz de competir con los grandes del acero en un mercado difícil ya en este momento y mucho más en el futuro.
La tentación de sumar para luego ajustar puede ser fuerte en algunos sectores, en aquellos que atienden más a la coyuntura que a las necesidades que se derivan de la puesta en marcha de un proyecto que supone una apuesta de futuro. Un diseño de esas características supondría un fuerte ataque al empleo, y automáticamente se enfrentaría con los trabajadores y los sindicatos.
Colaboración
A partir de la constitución del holding, sería conveniente la búsqueda de un marco de colaboración entre éste y el recientemente creado en el subsector de aceros especiales, y también con los privados del acero común, a pesar de las dificultades por la diversidad de intereses en juego.
El proceso de gestación del holding no parece que sea el ejemplo a seguir en cuanto a modelo de participación de los agentes, incluidos los sindicatos, que se mueven en el sector. Aquellos que pedían responsabilidad y participación a los sindicatos cuando se trataba de reducir el empleo deberían haber aplicado el mismo razonamiento ahora facilitando la participación.
Es necesario recuperar el tiempo perdido, y en ese sentido CC OO tiene que hacer valer el compromiso contraído por Aranzadi con nuestro sindicato y con UGT en cuanto a la constitución de una mesa entre las empresas y los sindicatos en cuanto se proceda a la constitución del holding, con carácter informativo en primer lugar, y para la discusión del plan estratégico posteriormente.
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