Un "misterioso' miembro del séquito

En el séquito que acompañó al presidente español a Tokio había dos miembros un tanto inhabituales en estas visitas. El primero, su esposa, Carmen Romero, quien no viajaba con Felipe González desde que en 1988 estuvieron en Noruega, y el segundo, Pablo, su hijo, que nunca había acompañado a su padre en un viaje oficial. Presidencia del Gobierno no confirmó hasta poco antes de la salida a Tokio la presencia de Carmen Romero y se guardó el secreto de que, por primera vez, el primogénito de los González se incorporaba al viaje. Los periodistas lo ignoraron durante cuatro días hasta que ayer el presidente de las Cámaras de Comercio Niponas, Rokuro Ishikawa, lo reveló en un discurso.Con la mejor intención, Ishikawa describió a su huésped como "el mayor conocedor de Japón entre los jefes de Estado [sic]" de la CE, pero no quiso limitar su elogio al presidente. "La familia [González] entera guarda un profundo interés por nuestra cultura", dijo. Y añadió: "Hemos oído que su hijo Pablo, que le acompaña en este viajes aficionado algo, a través del cual puede adquirir conocimientos sobre estrategias".

Además de perfeccionarse en el go, un juego de estrategia, se ignora cuáles han sido las actividades de Pablo, de 19 años, en Tokio. El séquito oficial no lo precisa y el interesado tampoco fue más locuaz. Descubierto en el vestíbulo de un lujoso hotel, Pablo rehusó hablar: "He tenido malas experiencias con la prensa", dijo. "Mi viaje", matizó, no obstante, "no ha sido ocultado, sino silenciado".