Sobre el Tíbet
Es lamentable, señor embajador, leer artículos como el que publicó el día 24 titulado Camino hacia la modernización. Después de leer su sorprendente versión sobre el Tíbet he llegado a la conclusión de que se ha equivocado de país, o bien necesita usted revisar sus documentos. Quizá simplemente se ha dedicado a transcribir los ideales del Gobierno chino.Señor Tao, usted el Tíbet no lo conoce ni de lejos, si no es incomprensible su versión de la historia. Debe usted pensar que en España vivimos todos en la luna de Valencia y, amparado en el tiempo y la distancia, piensa que en España no tenemos ni idea de lo que ha pasado en Tibet, y de lo que está pasando. No es suficiente cerrar las fronteras y expulsar a todos los periodistas para ocultar la verdad. Faltarían líneas en esta carta para desmentir esa especie de folletín político de los años cincuenta con que nos ha obsequiado; pero, señor embajador, sus datos no cuelan.
Es más, me voy a permitir darle otros datos avalados por los medios de comunicación de distintos países.
Dice usted que muchos templos y varios monjes fueron atacados; la realidad dice que el 99% de los templos fueron destruidos y casi dos millones de tibetanos fueron asesinados.
No pretenda engañarnos con esa supuesta modernización e industrialización, cuyos productos van destinados al numeroso Ejército chino allí destacado, así como utilizar el Tíbet como despensa de China; para ello cambiaron las cosechas de cebada (base alimenticia tibetana) por trigo (a los chinos no les gusta el tsampa tibetano). Dice que el Gobierno central ha destinado más de 27 millones de yuanes. Debería destinar muchos más hasta restaurar la totalidad de los templos destruidos durante la liberación pacífica, por el Ejército chino.
Militarmente, el Tíbet es un punto estratégico, y hacia ello han sido destinadas todas las inversiones de las que presume el Gobierno chino: carreteras estratégicas, bases militares y de misiles, etcétera.
Está usted cambiando la historia, señor embajador; además de chocar sus opiniones con los medios de comunicación, contradice usted al secretario general del Partido Comunista Chino, Hu Yaobang, y al viceprimer ministro del Cosejo de Estado, Wan Li, quienes reconocieron públicamente en 1980 el fracaso de la política china en Tíbet y admitieron que la situación de los tibetanos era peor que con el anterior régimen.
Además he de decirle que Tenzin Gyatso, XIV Dalai Lama del Tíbet y sus seguidores (el pueblo tibetano) no se dedican a actividades escisionistas de la patria, sino a defender pacíficamente su tierra, religión y cultura. Aunque traten prácticamente de pandillero al Dalai Lama, he de recordarles que ha sido recientemente Premio Nobel de la Paz, y que deberían ustedes acercar sus posturas a él, y no él a ustedes; deberían ustedes empezar, a reconocer el fracaso y las monstruosidades cometidas y empezar a hablar de libertad y respeto por los derechos humanos.-
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